Oh San José, asistidme con vuestra poderosa intercesión. Obtened para mí, de vuestro Divino Hijo, Nuestro Señor, todas las bendiciones espirituales que necesito. A fin de que, habiendo conseguido, aquí en la tierra, la ayuda de vuestro poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje, al Padre más Amoroso.
2º Cor.3, 18 Todos llevamos los reflejos de la gloria del Señor sobre nuestro rostro descubierto, cada día con mayor resplandor, y nos vamos transformando en imagen suya, pues Él es el Señor del Espíritu.
Estaba rezando fundiéndome toda en Jesús, y quería en mi poder cada pensamiento de Jesús para poder tener vida en cada pensamiento de criatura, para poder reparar con el mismo pensamiento de Jesús, y así de todo lo demás. Y mi dulce Jesús me ha dicho:
En el camino de Regreso a casa del Padre, una de las prácticas más importantes es la de aprender a Orar en la Divina Voluntad, no se trata de decir o de leer determinadas oraciones o expresiones de Luisa, que tal vez se puedan aprender hasta de memoria, por mas que sean para nosotros modelos en su contenido; ni mucho menos es aprender un método. Se trata mas bién de un espíritu, que determina una nueva actitud del alma.
Esta pagina lleva la finalidad de dar a conocer los escritos de Nuestro Señor acerca de su Voluntad, los cuales nos han llegado a través de Luisa Piccarreta (la pequeña hija de la Divina Voluntad).
Queremos darlos a conocer después de habernos convencido del anhelo de Jesús de que el mundo los conozca y su Voluntad empiece a extender su reino y, ¿cómo lograrlo si no se conocen sus verdades?
El Señor le dice a Luisa Piccarreta el 14 de Agosto de 1926, poco después de que los primeros 19 volúmenes recibieron el Imprimatur y Nihil Obstat de la Iglesia:
“Has de saber que para que mi Suprema Voluntad sea conocida, he debido preparar las cosas, disponer los medios, arrollar al Obispo…
“Hija mía, el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste: «EL REINO DE MI DIVINA VOLUNTAD EN MEDIO DE LAS CRIATURAS. LIBRO DE CIELO. LA LLAMADA A LA CRIATURA AL ORDEN, A SU LUGAR Y A LA FINALIDAD PARA LA QUE FUE CREADA POR DIOS». (...) Por eso aquel o aquella que se preste a dar a conocer mi Voluntad será mi portavoz, y Yo le comunicaré los secretos de su Reino”. (27.08.1926)
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