“El giro” o “vuelo” del alma en la Divina Voluntad encuentra el dolor y los gemidos del Espíritu Santo en los Sacramentos y el alma le da en cada uno la correspondencia de amor debida
¿Qué clase de ayuda será el Espíritu Santo cuando es el propio Jesús que les dice a sus apóstoles: “Les conviene que Yo me vaya, porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré?”
Tanto en la Creación como en la Redención, Dios hizo primero las cosas menores como preparación de las mayores; éstas, como la Resurrección del Señor, son figura del Reino de su Divina Voluntad.
(...)“Hija mía, no te preocupes, Yo seré vigilante custodio, porque me cuestan demasiado, me cuestan mi Voluntad, la Cual entra en estos escritos como vida primaria.