Estaba pensando en lo que está escrito el pasado día 19 y decía entre mí: “¿Cómo puede ser posible que después de mi Mamá pueda ser yo el segundo apoyo?” Y mi dulce Jesús, atrayéndome a Él dentro de una luz inmensa me ha dicho:
Otras veces me decía: “También quiero que si las personas te mortifican, te injurian, te contradicen, la mirada también fija en Mí, pensando que con mi misma boca te digo:
Estaba pensando en la Pasión de mi siempre amable Jesús, especialmente en lo que sufrió en el huerto, entonces me he encontrado toda sumergida en Jesús y Él me ha dicho:
Me sentía muy oprimida por la privación de mi dulce Jesús, y por otras razones que no es necesario escribir aquí, y mi amado Jesús moviéndose en mi interior y estrechándome a Él para darme fuerza, pues me sentía sucumbir, me ha dicho:
Continúo viéndome toda llena de miserias, y no sólo eso, sino también inquieta. Me parece que todo mi interior se ha puesto en armas por la pérdida de Jesús.