Jesús le dice que la cruz es un tesoro.
Agosto 11, 1906
Encontrándome en mi habitual estado, veía a mi adorable Jesús con una cruz en la mano, toda llena de perlas blancas y haciéndome don de ella la apoyaba sobre mi pecho, la cruz se ha internado dentro de mi corazón, como dentro de una estancia, y me ha dicho:
“Hija mía, la cruz es un tesoro, y el lugar más seguro para poner a salvo este preciado tesoro es la propia alma; o sea, es lugar seguro cuando el alma está dispuesta con la paciencia, con la resignación, y con las otras virtudes a recibir este tesoro, porque las virtudes son tantas llaves que lo custodian para no malgastarlo y exponerlo a los ladrones, pero si no tiene, especialmente la llave de oro de la paciencia, este tesoro encontrará tantos ladrones que lo robarán y harán despilfarro de él.”