Enviado por Mariu el
Qué es primero, ¿el amor o la voluntad?
El martes pasado, 28 de agosto, tuve un encuentro con mi Señor Obispo y con el vicario general. Un encuentro que no estaba humanamente planeado, pero que sí estaba en los designios del Señor que rige en el corazón de la historia.
Por más de una hora estuvimos conversando sobre Divina Voluntad. Ambos estaban sumamente atentos e interesados en saber cómo ha sido la recepción de esta espiritualidad dentro de la diócesis. Les he informado y les he expresado la importancia de apoyar y orientar a quienes han abierto el corazón y la mente a los escritos de Divina Voluntad.
Durante la conversación yo fui suministrando pequeñísimas dosis de este gran Don del que Dios nos quiere hacer partícipes. Partiendo de Divina Voluntad yo afirmé que en el centro del Ser y del actuar de Dios está su Voluntad, así como lo está también en el ser humano; la Voluntad es el motor del cual dependen todos los demás atributos divinos.
Ante esto, sin hacerse esperar, surgió una pregunta muy importante venida del Señor Obispo. Él pregunto: ¿Qué no se supone que Dios es amor y en el centro de todo está el amor, como nos lo indica la Sagrada Escritura? No recuerdo exactamente todo lo que le respondí, pero en síntesis fue lo siguiente: le dije, eso que usted dice es cierto, pero el amor, insistí con fuerza, no se mueve si primero no hay un acto de la Voluntad, todo en Dios depende de su Voluntad, nada se hace si no está regido por el Divino Querer.
Ante todo lo que dije sólo se limitó a mover la cabeza en un gesto de afirmación. Pues bien, ahora que estoy recordando y reflexionando en dicha pregunta, quisiera volver a responder a ella desde los mismos escritos de Divina Voluntad.
De entre los cientos de párrafos que podrían citarse al respecto, he querido plasmar el siguiente, tomado del volumen 12, del 9 de julio de 1918. Jesús le dice a Luisa:
“Hija mía, yo soy todo amor, soy como una fuente que no contiene otra cosa que amor, y todo lo que podría entrar en esta fuente pierde sus cualidades y se vuelve amor, así que en Mí la justicia, la sabiduría, la bondad, la fortaleza, etc., no son otra cosa que amor, ¿pero quién dirige esta fuente, este amor y todo lo demás? ¡Mi Querer! Mi Querer domina, rige, ordena; así que todas mis cualidades llevan el sello de Mi Querer, la Vida de mi Voluntad, y donde encuentran mi Querer hacen fiesta, se besan mutuamente; donde no, enfadadas se retiran. Ahora hija mía, quien se deja dominar por mi Voluntad y vive en mi Querer, hace vida en mi misma fuente, siendo casi inseparable de Mí, y todo en él se cambia en amor, así que amor son los pensamientos, amor la palabra, el latido, la acción, el paso, todo; para él es siempre día, pero si se separa de mi Voluntad, para él es siempre noche…”
En el corazón de este texto está la pregunta surgida en las entrañas del Obispo, y en ahí se encuentra también la respuesta. Todo está regido por la Voluntad Divina, incluso el amor. Si Dios es amor, es porque así lo Quiere. Amar es un acto pleno de Voluntad. Es la voluntad la que mueve a actuar. ¿Qué es primero, el amor o la Voluntad? Desde luego que hay muchas partes de los escritos con los que se podría dar respuesta, pero considero que el que yo he elegido nos muestra lo esencial que se debe tener en cuenta. Afirmar que en el centro del corazón de Dios está la Voluntad no contradice ni desdice, al contrario, afirma y confirma que Dios es AMOR. En la Voluntad de Dios siempre. FIAT, FIAT, FIAT.(01-09-2012)
Escrito por el Pbro. Martín Barajas Rizo.