El Germen Divino

Imagen de Mariu

Que modelo tan hermoso el que se presenta en esta figura, recorrer los diversos escritos para ir encontrando los pequeños espacios en donde están las descripciones de El Germen Divino, y encontrar estas lecturas resulta  una enseñanza que llena el alma de nuevas y esperanzadoras lecciones.

Al escuchar estas palabras la memoria nos trae  aquellas pequeñas semillas que hemos tenido en nuestras manos y que al colocarlas en tierra buena, llegan a crecer regalando sus flores y frutos, como en la parábola del sembrador.

 

EL GERMEN DIVINO.

Cuando se trata de los actos de las otras criaturas podemos –si de veras vivimos en la Divina Voluntad– sustituirlos con actos divinos, pero no podemos convertirlos en actos divinos, porque fueron hechos por otras voluntades, mientras que en el caso de nuestros propios actos pasados, sí que podemos hacerlo, porque fueron hechos por la misma voluntad que ahora llama a la Voluntad Divina a que los transforme.

..." Después de eso, continuaba mi recorrido en el “FIAT” Divino para llevar todos los actos de las criaturas como homenaje a mi Creador y estaba pensando: “Si puedo recoger todo lo que han hecho y meterlo todo en el Querer Divino, ¿no se convertirán en actos de Divina Voluntad?”

“Hija mía, cada acto de las criaturas tiene su propio germen según como ha sido hecho.

Si no ha sido hecho en mi «FIAT» Divino no posee su embrión, por lo tanto nunca podrá ser un acto de mi Voluntad; porque en el momento de hacerlo faltaba su germen de luz, que tiene el poder de convertirlo en sol, siendo su germen de luz como primer acto en el acto de la criatura. En los actos de la criatura sucede que, si una persona tiene semillas de flores, sembrandolas tendrá flores, y si siembra semillas de frutos, tendrá frutos.

 

Comentario de Roberto Torasso el octubre 19, 2012 a las 9:27am

Fuente inefable del Divino Amor, suspiramos el advenimiento de Tu Reino Divino, vístenos con el vestido de la inocencia y cúbrenos con la túnica indivisible de la Suprema Voluntad, Oh Sabiduría increada, vístenos en la luz interminable del Fiat Omnipotente, perdónanos por todos los males cometidos al hacer nuestra voluntad y por todos los actos no realizados en el Divino Querer, el de perder un acto de más bienaventuranza. Que todos comprendamos el tiempo eterno que se gana viviendo en los Brazos Eternos. Fiat

 

 Comentario de BETANIA el agosto 11, 2012 a las 12:37am

Cuanta consideración nos tiene el Señor, nos da unos méritos inigualable por ser su discípulo, que admirable es su amor, con cuanta belleza y delicadeza nos deja este mensaje para sentirnos animados a seguirlo con todo los privilegios que nos ofrece, nuestro bendito y amado Señor.

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Vol. 11-3Febrero 14, 1912

 

Jesús dice que en su Voluntad, todas las cosas tienen el mismo valor y habla de su Voluntad.

(1) Continuando mi habitual estado, mi siempre amable Jesús ha venido y le he dicho: “Dime, ¡oh! Jesús, ¿cómo es que después de que has dispuesto al alma a sufrir, y de que ella conociendo el bien que hay en el sufrir, ama el sufrir y sufre casi con pasión, y cuando cree que su patrimonio es el sufrir, en lo más bello Tú le quitas este tesoro?”

(2) Y Jesús: “Hija mía, mi Amor es grande, mi régimen es insuperable, mis enseñanzas son sublimes, mis instrucciones son divinas, creadoras e inimitables; entonces, para hacer que todas las cosas, sean grandes o pequeñas, sufrir o gozar, naturales o espirituales, adquieran un solo color y tengan un solo valor, permito que cuando el alma se ha adiestrado a sufrir y llega a amarlo, Yo le hago pasar el sufrir como propiedad en la voluntad, así que cada vez que Yo le mande el sufrir, teniendo la propiedad, las disposiciones en la voluntad, se encontrará siempre dispuesta a sufrir y a amar el sufrimiento. Así que Yo miro las cosas en la voluntad, y entonces es para el alma como si siempre sufriera, a pesar de que no sufra; y a fin de que el gozar tenga el mismo valor que el sufrir, y el rezar, el obrar, el comer, el dormir, en suma, todo, porque el todo está en si las cosas son de mi Voluntad; para hacer que cualesquiera que sean las cosas tengan un solo valor, permito que el alma se adiestre a todas las cosas en mi Voluntad con santa indiferencia. Así que para el alma parece que mientras Yo le doy una cosa, luego se la quito, pero no es verdad, más bien es que en un principio, cuando el alma no está bien adiestrada, siente la sensibilidad en el sufrir, en el rezar, en el amar, pero cuando con el adiestrarse pasan como propiedad en la voluntad, cesa la sensibilidad, pero al llegarle la ocasión de tener necesidad de servirse de estas propiedades divinas que le he hecho adquirir, con paso firme y con ánimo imperturbable se pone a ejercitarse en la ocasión que se presenta, como por ejemplo: ¿Se presenta el sufrir? Entonces encuentra en ella la fuerza, la vida del sufrir; ¿debe rezar? Encuentra en ella la vida de la oración, y así de todo lo demás”.

(3) Según lo que dice Jesús a mí me parece así: Supongamos que yo haya recibido un don; mientras no me decida dónde debo guardar y conservar ese don, lo miro, lo aprecio y siento una cierta sensibilidad en amar aquel don; pero si lo conservo bajo llave, no viéndolo más la sensibilidad cesa, pero no por esto puedo decir que el don ya no es mío, al contrario, ciertamente es más mío porque lo tengo bajo llave, mientras al principio estaba en peligro de que me lo robaran.

(4) Jesús ha continuado: “En mi Voluntad todas las cosas se dan la mano entre ellas, todas se asemejan, todas están en sumo acuerdo, así que el sufrir da su lugar al gozar y dice: “He hecho mi parte en la Voluntad de Dios, haz ahora la tuya, y sólo cuando Jesús lo quiera me pondré de nuevo a obrar”. El fervor dice a la frialdad: “Tú serás más ardiente que yo si te contentas con estar en la Voluntad de mi eterno Amor”. Y así la oración al trabajo, el sueño a la vigilia, la enfermedad a la salud, todas, todas las cosas entre ellas, parece que una cede su puesto a la otra para estar en acto, pero todas tienen su puesto distinto. Además, quien vive en mi Voluntad no es necesario que haga el camino para ponerse en actitud de hacer lo que Yo quiero, sino que como cable eléctrico se encuentra ya en Mí haciendo lo que Yo quiero”.

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Vol.12-27  Noviembre 27, 1917

 

La Santidad del vivir en el Divino Querer está

exenta de interés personal y de pérdida de tiempo.

 

(1) Continúo sólo por obedecer.  Mi siempre amable Jesús parece que tiene ganas de hablar del vivir en su Santísimo Querer; parece que mientras habla de su Santísima Voluntad olvida todo y hace olvidar todo; el alma no encuentra otra cosa que la necesidad, otro bien, que vivir en su Querer.  Entonces mi dulce Jesús, después de haber escrito el día 20 de Noviembre acerca de su Querer, disgustándose conmigo me ha dicho:

(2) “Hija mía, no has dicho todo, quiero que no dejes de escribir ninguna cosa cuando Yo te hablo de mi Querer, aun las más pequeñas cosas, porque todas servirán para bien de los que vendrán. 

En todas las santidades ha habido siempre los santos que han dado inicio a las diferentes especies de santidad, así que hubo el santo que inicio la santidad de los penitentes, otro que inició la santidad de la obediencia, otro la de la humildad y así de todas las otras santidades. 

Ahora, el inicio de la santidad del vivir en mi Querer quiero que seas tú.  Hija mía, todas las demás santidades no están exentas de pérdida de tiempo y de interés personal, como por ejemplo:  Un alma que vive en todo a la obediencia tiene mucha pérdida de tiempo; aquel hablar y hablar continuado la distraen de Mí, pone la virtud en lugar mío, y si no tiene la oportunidad de tomar todas las órdenes, vive inquieta.  Otra que sufre tentaciones, ¡oh! cuánta pérdida de tiempo, no se cansa de decir todos sus obstáculos y pone la virtud  del sufrimiento en lugar mío, y muchas veces estas santidades se esfuman.  Pero la santidad del vivir en mi Querer está exenta de interés personal, de pérdida de tiempo, no hay peligro de que Me cambien por la virtud, porque el vivir en mi Querer soy Yo mismo.  Esta fue la santidad de mi Humanidad en la tierra, y por eso hizo todo y por todos, y sin la sombra del interés. 

El interés propio quita el sello de la santidad divina, por esto jamás puede ser sol, a lo más, por cuan bella sea, puede ser una estrella.  Por eso quiero la santidad del vivir en mi Querer; en estos tiempos tan tristes la generación tiene necesidad de estos soles que la calienten, la iluminen, la fecunden; el desinterés de estos ángeles terrestres, todo para bien de los demás, sin la sombra de interés propio, abrirá el camino en los corazones de todos para recibir mi gracia.

(3) Además, las iglesias son pocas, muchas serán destruidas; muchas veces no encuentro sacerdotes que me consagren, otras veces permiten que almas indignas me reciban, y que almas dignas no me reciban, otras veces las almas no pueden recibirme, así que mi amor se encuentra obstaculizado.  Por eso quiero hacer la santidad del vivir en mi Querer, en ella no tendré necesidad de sacerdotes para consagrarme, ni de iglesias, ni de tabernáculos, ni de hostias, sino que estas almas serán todo junto:  Sacerdotes, iglesias, tabernáculos y hostias.  Mi amor estará más libre, cada vez que quiera consagrarme lo podré hacer, a cada momento, de día, de noche, en cualquier lugar donde esas almas se encuentren, ¡oh, cómo mi amor tendrá su desahogo completo!  ¡Ah, hija mía, la presente generación merece ser destruida del todo, y si permitiré que algo poco quede de ella, es para formar estos soles de la santidad del vivir en mi Querer, que a ejemplo mío me reharán de todo lo que me debían las otras criaturas, pasadas, presentes y futuras.  Entonces la tierra me dará verdadera gloria y mi Fiat Voluntas Tua como en el Cielo así en la tierra, tendrá su cumplimiento y conclusión”.

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Vol. 12-30  Diciembre 28, 1917

Jesús quiere los actos continuos de la criatura, no importa

que sean pequeños, con tal que esté el movimiento, el

germen, Él los une a los suyos y los hace grandes.

(1) Continuando mi habitual estado y estando un poco sufriente pensaba entre mí:  “Cómo será que no me es dado poder encontrar reposo ni de noche ni de día; más bien, por cuanto más débil y sufriente, tanto más mi mente está despierta e imposibilitada para tomar reposo”.  Y mi dulce Jesús me ha dicho:

(2) “Hija mía, tú no sabes la razón, pero Yo la sé y ahora te la digo a ti.  Mi Humanidad no tuvo reposo, y en mi mismo sueño no tuve tregua, sino que intensamente trabajaba, y esto porque debiendo dar vida a todos y a todo, y rehacer en Mí todo, me convenía trabajar sin interrumpir un instante, y quien debe dar vida debe ser un continuo movimiento y un acto jamás interrumpido, así que Yo estaba en continuo acto de hacer salir de Mí vidas de criaturas y de recibirlas. 

Si Yo hubiera querido reposar, ¿cuántas vidas no hubieran salido, cuántas no teniendo mi acto continuo no se hubieran desarrollado y hubieran quedado marchitas, cuántas no hubieran entrado en Mí faltándoles el acto de vida de quien es el único que puede dar vida? 

Ahora hija mía, queriéndote junto Conmigo en mi Querer, quiero tu acto continuo, así que tu mente despierta es acto, el murmullo de tu oración es acto, los movimientos de tus manos, los latidos de tu corazón, el mover de tu mirada, son actos, serán pequeños, pero qué me importa, con tal que esté el movimiento, el germen Yo los uno a los míos y los hago grandes, y les doy virtud de producir vidas. 

Tampoco mis actos fueron todos aparentemente grandes, especialmente cuando Yo, pequeño, gemía, chupaba la leche de mi Mamá, me entretenía en besarla, acariciarla, entrelazar mis manitas a las suyas; más grande cortaba flores, tomaba el agua y otras cosas, éstos eran todos actos pequeños, pero estaban unidos en mi Querer, en mi Divinidad, y esto bastaba; y entonces se volvían tan grandes de poder crear millones y miles de millones de vidas. 

Así que mientras gemía, de mis gemidos salían vidas de criaturas; mamaba, besaba, acariciaba, pero eran vidas que salían; en mis dedos entrelazados con las manos de mi Mamá corrían las almas, y mientras cortaba las flores y tomaba el agua, eran almas que salían del latido de mi increado corazón, y entraban; mi movimiento fue continuo, he aquí la razón de tu vigilia. 

Cuando veo tu movimiento, tus actos en mi Querer, que ahora se ponen a mi lado, ahora me corren en mis manos, ahora en mi voz, en mi mente, en mi corazón, Yo los hago movimiento de todos y a cada uno doy vida en mi Querer, dándoles la virtud de mis actos, y los hago correr para salvación y para bien de todos”.

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Vol. 12-80  Enero 29, 1919

Dios cumplirá la tercera renovación de la humanidad  manifestando lo que hacía su Divinidad en su Humanidad.

(1) Estaba haciendo la adoración a las llagas de Jesús bendito, y por último he recitado el credo con la intención de entrar en la inmensidad del Querer Divino, donde están todos los actos de las criaturas pasadas, presentes y futuras, y los mismos que la criatura debería hacer y que por descuido o maldad no ha hecho, y yo decía:  “Jesús mío, amor mío, entro en tu Querer y es mi intención con este credo, rehacer y reparar todos los actos de fe que las criaturas no han hecho, todas las incredulidades, la adoración debida a Dios como Creador”.  Mientras éstas y otras cosas decía, sentía perdérseme la inteligencia en el Querer Divino, y una luz que investía mi entendimiento, dentro de la cual descubría a mi dulce Jesús, y esta luz que decía y decía, pero ¿quién puede decirlo todo?  Lo diré confusamente, y además siento tal repugnancia, que si la obediencia no fuera tan severa, sino más indulgente, no me obligaría a ciertos sacrificios, pero Tú, Vida mía, dame la fuerza y no abandones a sí misma a esta pobre ignorante.  Parecía entonces que me decía:

(2) “Hija amada mía, quiero hacerte saber el orden de mi providencia.  En cada período de dos mil años he renovado al mundo, en los primeros lo renové con el diluvio; en los segundos dos mil lo renové con mi venida a la tierra, en la que manifesté mi Humanidad, de la cual como de tantas fisuras se traslucía mi Divinidad, y los buenos y los mismos santos de estos terceros dos mil años han vivido de los frutos de mi Humanidad, y como a gotas han gozado de mi Divinidad.  Ahora estamos cerca del final de los terceros dos mil años y habrá una tercera renovación, he aquí el por qué de la confusión general, no es otra cosa que la preparación a la tercera renovación, y si en la segunda renovación manifesté lo que hacía y sufría mi Humanidad y poquísimo lo que obraba la Divinidad, ahora en esta tercera renovación, después de que la tierra haya sido purgada y en gran parte destruida la presente generación, seré aún más magnánimo con las criaturas y llevaré a cabo la renovación con manifestar lo que hacía mi Divinidad en mi Humanidad, cómo obraba mi Querer Divino con mi querer humano, cómo todo quedaba concatenado en Mí, cómo hacía y rehacía todo, y hasta un pensamiento de cada criatura era rehecho por Mí y sellado con mi Querer Divino.  Mi amor quiere desahogarse y quiere hacer conocer los excesos que obraba mi Divinidad en mi Humanidad en favor de las criaturas, que superan con mucho los excesos que externamente obraba mi Humanidad.  He aquí por qué a menudo te hablo del vivir en mi Querer, lo que hasta ahora no he manifestado a ninguno, a lo más han conocido la sombra de mi Voluntad, la gracia, la dulzura que contiene el hacerla, pero penetrar dentro de Ella, abrazar la inmensidad, multiplicarse Conmigo y penetrar dondequiera, aun estando en la tierra, en el Cielo y en los corazones, abandonar los modos humanos y obrar con modos divinos, esto no es conocido aún, tanto que a no pocos parecerá extraño, y quien no tiene abierta la mente a la luz de la verdad no comprenderá nada, pero Yo poco a poco me abriré camino manifestando ahora una verdad, ahora otra de este vivir en mi Querer, de tal manera que terminarán por comprenderlo.  Ahora bien, el primer eslabón que conjuntó el verdadero vivir en mi Querer fue mi Humanidad, mi Humanidad fundida con mi Divinidad nadaba en el Querer Eterno e iba encontrando todos los actos de las criaturas para hacerlos suyos, y dar al Padre por parte de las criaturas una gloria divina, y dar a todos los actos de las criaturas el valor, el amor y el beso del Querer Eterno. 

En este ambiente del Querer Eterno Yo veía todos los actos de las criaturas posibles de hacerse y no hechos, los mismos actos buenos malamente hechos, y Yo hacía los no hechos y rehacía los malamente hechos.  Ahora, estos actos no hechos y hechos sólo por Mí, están todos suspendidos en mi Querer, y espero a las criaturas que vengan a vivir en mi Querer y repitan en mi Voluntad lo que hice Yo.  Por eso te he escogido a ti como segundo eslabón de conjunción con mi Humanidad, haciéndose uno solo con el mío, viviendo en mi Querer, repitiendo mis mismos actos, de otra manera por esta parte mi amor quedaría sin desahogo, sin gloria por parte de las criaturas por todo lo que mi Divinidad obraba en mi Humanidad, y sin la perfecta finalidad de la Creación, la cual debe encerrarse y perfeccionarse en mi Querer.  Sería como si hubiera derramado toda mi sangre, sufrido tanto y nadie lo hubiera sabido, ¿quién me habría amado?  ¿Qué corazón habría quedado emocionado?  ¡Ninguno!  Y por tanto en ninguno habría tenido mis frutos, la gloria de la Redención”.

(3) Y yo interrumpiendo las palabras de Jesús he dicho:  “Amor mío, si tanto bien hay en este vivir en el Querer Divino, ¿por qué no lo manifestaste antes?”

(4) Y Él:  “Hija mía, primero debía hacer conocer lo que hizo y sufrió mi Humanidad por fuera, para poder disponer a las almas a conocer lo que hizo mi Divinidad por dentro; la criatura es incapaz de comprender todo junto mi obrar, por eso voy manifestándome poco a poco.  Después, a tu eslabón de conjunción Conmigo serán unidos los demás eslabones de las criaturas, y tendré una multitud de almas, que viviendo en mi Querer reharán todos los actos de las criaturas y tendré la gloria de tantos actos suspendidos hechos sólo por Mi, hechos también por las criaturas, y éstas de todas las clases:  Vírgenes, sacerdotes, seglares, según su oficio no obrarán más humanamente, sino que penetrando en mi Querer sus actos se multiplicarán por todos en modo todo divino, y tendré la gloria divina por parte de las criaturas de tantos sacramentos recibidos y administrados en modo humano, otros profanados, otros enfangados por el interés, y de tantas obras buenas en las cuales quedo más deshonrado que honrado.  Suspiro tanto este tiempo, tú reza y suspíralo junto Conmigo y no separes tu eslabón de unión con el mío, empezando tú la primera”.

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Vol. 12-85   Febrero 13, 1919

Jesús le habla de su nuevo oficio.

 

(1) Continuando mi habitual estado, buscaba con ansia a mi siempre amable Jesús, y Él todo bondad ha venido y me ha dicho:

(2) “Hija amada de mi Querer, ¿quieres venir en mi Voluntad a sustituir en modo divino a tantos actos no hechos por todos nuestros hermanos? ¿A tantos otros hechos humanamente, y a otros actos santos, sí, pero humanos y no en orden divino?  Yo todo lo he hecho en el orden divino, pero no estoy contento aún, quiero que la criatura entre en mi Voluntad y en modo divino venga a besar mis actos, sustituyéndose a todo como hice Yo; por eso ven, ven, lo suspiro, lo deseo tanto, que hago fiesta cuando veo que la criatura entra en este ambiente divino y multiplicándose junto Conmigo se multiplica en todos, y ama, repara, sustituye a todos y por cada uno en modo divino. 

Las cosas humanas no las reconozco más en ella, sino todas son cosas mías, mi amor surge y se multiplica, las reparaciones se multiplican al infinito, las sustituciones son divinas; ¡qué alegría, qué fiesta!  Los mismos santos se unen Conmigo y hacen fiesta, y esperan con ardor que una hermana suya sustituya sus mismos actos santos en el orden humano, pero no en el orden divino; me suplican que pronto haga entrar en este ambiente divino a la criatura, y que todos sus actos sean sustituidos sólo con el Querer Divino y con el sello del Eterno.  Yo lo he hecho por todos, ahora quiero que lo hagas tú por todos”.

(3) Y yo:  “Mi Jesús, tu hablar me confunde, y sé que Tú solo bastas para todo, y además, todo es cosa tuya”.

(4) Y Jesús:  “Es cierto que Yo solo basto por todos; ¿y no soy Yo libre de elegir a una criatura, y junto Conmigo darle el oficio y hacerla bastar por todos?  Y además, ¿qué te importa a ti que sea cosa mía?  ¿Tal vez lo que es mío no puedo dártelo a ti?  Éste es todo mi contento, darte todo, y si tú no me correspondes y no lo aceptas me dejarás descontento, y toda la cadena de gracias que te he hecho para hacerte llegar a este punto de llamarte a este oficio, me la dejas defraudada”.

(5) Yo he entrado en Jesús, y hacía lo que hacía Jesús.  ¡Oh, cómo veía con claridad lo que Él me había dicho!  Con Él quedaba multiplicada en todos, también en los santos.  Pero volviendo en mí misma una duda se ha suscitado en mí, y Jesús ha agregado:

(6) “Un solo acto de mi Voluntad, y aun un solo instante, está lleno de Vida creadora, y quien contiene esta Vida, en ese instante puede dar vida a todo y conservar todo, así que de este solo acto de mi Voluntad, el sol recibe la vida de la luz, la tierra su conservación, las criaturas la vida; ¿por qué dudas tú entonces?  Y además, tengo mi corte en el Cielo, pero quiero otra sobre la tierra.  ¿Adivinas tú quién formará esta corte?”

(7) Y yo:  “Las almas que vivirán en tu Querer”.

(8) Y Él:  “Bravo, son propiamente ellas, que sin la sombra del interés y de la santidad personal, sino toda divina, vivirán para bien de sus hermanos y harán un solo eco con el Cielo”.

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Vol. 14-62 Septiembre 24, 1922

 

Todo el mal del hombre está en haber perdido el germen de la

Divina Voluntad.  La Divina Voluntad:  Vestido del alma.

 

(1) Encontrándome en mi habitual estado, mi dulce Jesús se hacía ver desnudado, que temblaba de frío y diciéndome:

(2) “Hija mía, cúbreme y caliéntame que tengo frío; mira, la criatura con el pecado se había despojado de todos los bienes, y Yo quise formarle una vestidura más bella, tejiéndola con mis obras, adornándola con mi sangre y decorándola con mis llagas, ¿pero cuál no es mi dolor al ver que me rechaza esta vestidura tan bella, contentándose de permanecer desnuda?  Y Yo me siento desvestido en ellas y siento su frío, por eso vísteme, porque tengo necesidad de ello”.

(3) Y yo:  “¿Cómo podré vestirte?  Yo no tengo nada”.

(4) Y Él:  “Sí que podrás vestirme, tienes toda mi Voluntad en tu poder, absórbela en ti y luego hazla salir, y me harás la más bella vestidura, una vestidura de Cielo y divina, ¡oh! cómo quedaré calentado y Yo te vestiré a ti con el vestido de mi Voluntad, a fin de que podamos quedar vestidos con un mismo vestido, por eso la quiero de ti, para podértela dar a ti con justicia; si tú me vistes a Mí, es justo que Yo te vista a ti para darte la correspondencia de lo que has hecho por Mí.  Todo el mal en el hombre es que ha perdido el germen de mi Voluntad, por eso no hace otra cosa que cubrirse con los más grandes delitos que lo degradan y lo hacen obrar como loco.  ¡Oh, cuántas locuras están por cometer!  Justa pena, porque quieren tener por Dios al propio yo”.

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Vol. 16-16 Agosto 20, 1923

 

La santidad del vivir en el Divino Querer, a ejemplo de la

Santísima Virgen, no tiene nada de prodigioso exteriormente.

 

(1) Estaba pensando entre mí:  “El buen Jesús dice tantas cosas admirables de su Voluntad, cómo no hay cosa más grande, más alta, más santa que el alma que llama a vivir en su Querer.  Si así fuera, quién sabe cuántas cosas admirables debería hacer, cuántas cosas estrepitosas, aun externamente; en cambio, nada que fascine, que impresione, más bien me siento la más abyecta e insignificante, que nada hago de bien, mientras que los santos, ¿cuántos bienes no han hecho, cosas estrepitosas, milagros?  Sin embargo dice que el vivir en su Querer deja atrás a todos los santos”.  Ahora, mientras estos y otros pensamientos pasaban por mi mente, mi Jesús se ha movido en mi interior y con su acostumbrada luz me decía:

(2) “Hija mía, la santidad cuando es individual, para un tiempo y para un lugar, tiene más de prodigioso en lo exterior para atraer a aquellos individuos, lugares y tiempos a recibir aquella gracia y bien que esa santidad contiene, en cambio la santidad del vivir en mi Querer no es santidad individual, asignada a hacer bien a aquellos lugares, a aquellos individuos y en aquellos tiempos, sino que es santidad que debe hacer bien a todos, en todos los tiempos y en todos los lugares, es una santidad que queda eclipsada en el Eterno Sol de mi Querer, que invadiendo a todos es luz sin palabra, es fuego sin leña, sin estrépito, sin humo, pero no por esto deja de ser la más majestuosa, la más bella, la más fecunda, su luz más pura, su calor más intenso, verdadera imagen del sol que ilumina nuestro horizonte, ilumina a todos, pero sin estrépito; es luz, pero no tiene palabra, no dice nada a nadie, el bien que hace es germen que fecunda la vida que da a todas las plantas, y con su calor purifica el aire contaminado y destruye lo que puede dañar a toda la humanidad, pero es tan callado que a pesar que lo tienen con ellos no le prestan atención, pero no por esto deja de ser majestuoso y bello, ni deja de seguir con el bien que hace a todos, y si llegara a faltar todos lo llorarían, viniendo a faltar el más grande milagro de la fecundidad y conservación de toda la naturaleza.  Más que sol es la santidad del vivir en mi Querer; un alma recta y toda ordenada en mi Voluntad, es más que un ejército en batalla, su inteligencia está ordenada y vinculada con la inteligencia eterna; sus latidos, afectos, deseos, están ordenados con vínculos eternos, así que sus pensamientos, su voluntad y todo su interior son ejércitos de mensajeros que de ella parten, que llenan Cielo y tierra, son voces hablantes, son armas que defienden a todos, y por primero a su Dios; llevan el bien a todos, son la verdadera milicia celestial y divina que la Suprema Majestad tiene toda reordenada en Sí, siempre pronta a sus órdenes.

(3) Además está el ejemplo de mi Mamá, verdadera santidad del vivir en mi Querer, todo eclipsado su interior en el Eterno Sol de la Voluntad Suprema, y que debiendo ser la Reina de la santidad de los santos, Madre y portadora de mi Vida a todos, y por lo tanto de todos los bienes, quedaba como escondida en todos, llevando el bien sin hacerse conocer; más que silencioso sol portaba la luz sin palabra, el fuego sin estrépito, el bien sin hacerse notar, no había bien que no partiera de Ella, no había milagro que de Ella no saliera; viviendo en mi Querer vivía escondida en todos, y era, y es origen de los bienes de todos. 

Estaba tan raptada en Dios, tan fijada y ordenada en la Divina Voluntad, que todo su interior nadaba en el mar del Eterno Querer, estaba al día de todo el interior de todas las criaturas y ponía el suyo para reordenarlas delante de Dios.  Era propiamente el interior del hombre lo que tenía más necesidad de ser rehecho, reordenado, más que el exterior, y debiendo hacer lo más, parecía que dejaba de hacer lo menos, mientras que era origen del bien externo y del interno, sin embargo aparentemente parecía que no hacía obras grandes y estrepitosas. 

Ella, más que sol, pasaba inobservada y oculta en la nube de luz de la Divina Voluntad, tanto que los mismos santos han dado de ellos aparentemente más, haciendo cosas más estrepitosas que mi misma Mamá, no obstante, ¿qué cosa son los más grandes santos ante mi Celestial Mamá?  Son apenas las pequeñas estrellas comparadas con el gran sol, y si quedan iluminadas, la causa es el sol.  Pero a pesar de que no hacía cosas estrepitosas, no cesaba, aun visiblemente, de ser majestuosa y bella, rozando apenas la tierra, toda ocupada en aquél Querer Eterno que con tanto amor y violencia atraía, raptaba, para transportarlo del Cielo a la tierra y que la humana familia había tan brutalmente exiliado hasta el Empíreo.

Y Ella, con su interior todo ordenado en el Divino Querer, no daba tiempo al tiempo, si pensaba, si latía, si respiraba, y todo lo que hacía, eran vínculos fascinantes para atraer el Verbo Eterno a la tierra, y en efecto venció e hizo el más grande milagro, que ningún otro puede hacer. 

Esta es tu tarea hija mía, fascinarme, vincularme tanto con tu interior todo reordenado en el Supremo Querer, para transportarlo del Cielo a la tierra, a fin de que sea conocido y tenga vida como en el Cielo así en la tierra.  De todo lo demás no te des ni un pensamiento, quien debe hacer lo más no es necesario que haga lo menos; más bien así se da el campo a que los demás hagan lo menos para dar a todos el trabajo; Yo sé cuándo es necesario, el tiempo, el lugar, las personas, cuándo debo hacer conocer, aun con prodigios externos, mis obras más grandes.  Tú sigue siempre el vuelo en mi Querer, llenando Cielo y tierra, para fascinarme tanto que no pueda resistir a hacer el más grande milagro:  Que mi Querer reine en medio de las criaturas”.

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Vol. 16-25  Octubre 20, 1923

 

El alma es el campo donde Jesús trabaja, siembra y cosecha.

 

(1) Me sentía toda aniquilada en mí misma, sus privaciones me arrojan en la más profunda humillación; sin Jesús, el interior de mi alma me lo siento devastado, todo el bien me parece que declina y muere.  ¡Mi Jesús, Jesús mío, cómo es dura tu privación!  ¡Oh! cómo me sangra el corazón al ver en mí todo morir, porque Aquél que es vida y que sólo Él puede dar vida, no está conmigo.  Entonces, mientras me encontraba en este estado, mi dulcísimo Jesús ha salido de dentro de mi interior, y apoyando su mano sobre mi corazón, y estrechándolo fuerte me ha dicho:

(2) “Hija mía, ¿por qué te afliges tanto?  Abandónate en Mí y déjame hacer, y cuando te parezca que todo declina y muere, tu Jesús hará resurgir todo, pero más bello y más fecundo.  Tú debes saber que el alma es mi campo donde Yo trabajo, siembro y cosecho, pero mi campo predilecto es el alma que vive en mi Voluntad, en este campo mi trabajo es deleitable, no me ensucio al sembrar, porque mi Voluntad la ha convertido en campo de luz, su terreno es virgen, puro y celestial, y Yo me divierto mucho al sembrar en él pequeñas luces, casi como un rocío que forma el Sol de mi Voluntad.  ¡Oh! cómo es bello ver este campo del alma todo cubierto de tantas gotas de luz, que poco a poco conforme crezcan se formarán tantos soles, la vista es encantadora, todo el Cielo es raptado por su vista y están todos atentos a ver al Celestial Agricultor que con tanta maestría cultiva este campo y que posee una semilla tan noble de convertirla en sol.  Ahora hija mía, este campo es mío y hago de él lo que quiero, y cuando estos soles se han formado Yo los cosecho y los llevo al Cielo como la más bella conquista de mi Voluntad, y vuelvo de nuevo al trabajo de mi campo y revuelvo todo, por tanto pongo todo en desorden, y la pequeña hija de mi Querer sienteque todo termina, que todo muere.  Los soles tan fulgurantes de luz los ve sustituir por las pequeñas chispas de luz que voy sembrando y cree que todo perece; ¡cómo te engañas!, es la nueva cosecha que se debe preparar, y como quiero hacerla más bella que la primera y agrandarla más para poder duplicar mi cosecha, el trabajo a primera vista parece más cansado y el alma sufre de más, pero esas penas son como las paleadas al terreno, que hacen profundizar más la semilla para hacerla germinar más segura, más fecunda y bella.  ¿No ves tú un campo cuando se ha cosechado cómo queda escuálido y pobre?  Pero deja que se siembre de nuevo y lo verás más floreciente que antes, por eso déjame hacer, y tú con vivir en mi Querer estarás junto Conmigo en el trabajo, sembraremos juntos las pequeñas chispas de luz, haremos competencia para ver quién siembra más y así nos divertiremos al sembrar, o en el descansar, pero siempre juntos.  Lo sé, lo sé, sé cuál es tu más fuerte temor, el que Yo te deje; no, no, no te dejo, quien vive en mi Querer es inseparable de Mí”.

(3) Y yo:  “Jesús mío, Tú antes me decías que cuando no venías era porque querías castigar a las gentes, y ahora no es por esto por lo que no vienes, sino por otra cosa”.

(4) Y Jesús como suspirando:  “Vendrán, vendrán los castigos, ¡ah, si supieras!”

(5) Dicho esto ha desaparecido.

 “Todo escriba que ha llegado a ser discípulo del Reino de los Cielos es semejante al Dueño de casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas” (Mt 13,52)

La Divina Voluntad es la única que contiene el germen de la felicidad 

Vol.- 17-3 Junio 20, 1924                                                                                                                                                                                                                                                                  La Divina Voluntad contiene la plenitud de la felicidad.  Cuando la criatura viva en la Divina Voluntad, entonces la caridad y todas las virtudes alcanzarán…

(1) Encontrándome en mi habitual estado, me he encontrado fuera de mí misma junto con mi dulcísimo Jesús, Él era todo bondad y todo admirable; me ha tomado mis manos entre las suyas y se las ha estrechado fuerte a su pecho, y todo amor me ha dicho:

(2) “Querida hija mía, ¡si supieras qué placer, qué gusto siento al hablarte de mi Voluntad!  Cada cosa de más que te manifiesto sobre mi Querer es una felicidad que hago salir de Mí, y que comunico a la criatura, y Yo me siento más feliz en ella en virtud de mi misma felicidad, porque la especialidad característica de mi Voluntad es precisamente esta:  ‘Hacer felices a Dios y al hombre’.  ¿No recuerdas hija mía cuánto placer tomábamos juntos, Yo al hablarte y tú al escucharme, y cómo nos hacíamos felices recíprocamente? 

Y siendo mi Voluntad la única que contiene el germen de la felicidad, Yo con manifestarla y el alma con conocerla formamos la planta y los frutos de la verdadera felicidad imperecedera y eterna que no disminuye ni termina jamás, y no sólo nosotros, sino también aquellos que escuchan o leen las cosas admirables y sorprendentes de mi Querer sienten el dulce encanto de mi felicidad.  Por eso, para hacerme feliz en mis obras quiero hablarte de la nobleza de mi Voluntad, y hasta dónde puede llegar el alma y qué debe encerrar si da entrada en su alma a mi Voluntad.  La nobleza de mi Voluntad es divina, y como es del Cielo, Ella no desciende sino en quien encuentra un noble cortejo, y por eso la primera que le dio la entrada fue mi Humanidad; Ella no se contenta con poco, sino que quiere todo porque quiere dar todo, ¿y cómo puede dar todo si no encuentra todo para poder en él poner todos sus bienes? 

Así mi Humanidad le dio el santo y noble cortejo y Ella concentró en Mí todo y a todos.  Ve entonces que para venir a reinar mi Voluntad en el alma, debe encerrar en ella todo lo que hizo mi Humanidad, y si las demás criaturas han participado en parte en los frutos de mi Redención según sus disposiciones, esta criatura los concentrará todos para formar el noble cortejo a mi Voluntad y Ella concentrará en el alma el amor que da y quiere de todos, para poder recibir el amor de todos y de cada uno, no se contenta con encontrar en ella la correspondencia sólo de su amor, sino que quiere la correspondencia de todo; todas las relaciones que hay en la Creación entre el Creador y la criatura mi Voluntad las quiere encontrar en el alma donde quiere reinar, de otra manera no sería plena su felicidad ni encontraría todas sus cosas, ni toda Ella misma.  Mi Voluntad debe poder decir en el alma en donde reina: 

‘Si nadie me amase ni me correspondiese, Yo soy feliz por Mí misma, ninguno puede entristecer mi felicidad, porque en esta alma encuentro todo, recibo todo y puedo dar todo’. 

Repetiría la frase que hay en las Tres Divinas Personas:  ‘Somos intangibles, por cuanto las criaturas puedan hacer, ninguno puede tocarnos, ni mínimamente opacar nuestra eterna e inmutable felicidad’.  Sólo puede tocarnos, entrar a hacer una sola cosa con Nosotros, quien posee mi Voluntad, porque siendo ella feliz de nuestra misma felicidad, quedamos glorificados por la felicidad de la criatura, y entonces la caridad alcanzará la completa perfección en la criatura, cuando mi Voluntad reine en modo completo en ellas, porque entonces cada una se encontrará en virtud de Ella, en cada criatura, amada, defendida y sostenida, como la ama, defiende y sostiene su Dios, la una se encontrará transfundida en la otra como en la propia vida.  Entonces todas las virtudes alcanzarán la completa perfección, porque no se alimentarán de la vida humana, sino de la Vida Divina.

(3) Por eso de dos humanidades tengo necesidad:  De la mía para formar la Redención, y la otra para formar el Fiat Voluntas Tua como en el Cielo así en la tierra.  Una más necesaria que la otra, porque si en la primera debía venir a redimirlos, en la segunda debía venir a restaurarlo a la finalidad única por la cual fue creado y abrir la corriente de las gracias entre la voluntad humana y la Divina, y hacerla reinar como en el Cielo así en la tierra.  Y como mi Humanidad para redimir al hombre hizo reinar mi Voluntad como en el Cielo así en la tierra, ahora voy buscando otra humanidad, que haciéndola reinar como en el Cielo así en la tierra, me haga cumplir todos los designios de mi Creación.  Por eso sé atenta en hacer reinar en ti mi sola Voluntad, y Yo te amaré con el mismo Amor con el cual amé a mi Santísima Humanidad”.

 

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VOL. 17-22   Noviembre 23, 1924

 

Dios al crear al hombre, para conservarle la vida formó en torno

a él el aire del cuerpo y el aire del alma:  El aire natural para el

cuerpo, el aire de mi Voluntad para el alma.

 

(1) Continúo mi estado de privación de Jesús y de amarguras intensas para mi pobre alma, y si de escapada se hace ver en mi interior, es todo taciturno y pensativo, pero a pesar de su silencio yo quedo contenta, pensando que no me ha dejado y que su morada en mí aún continúa.  Y mientras mi pobre alma está por sucumbir, su visita me da un sorbo de vida, que como lluvia benéfica me hace reverdecer, pero, ¿para hacer qué?  Para volver de nuevo a sucumbir y sentirme morir; así que estoy siempre entre la vida y la muerte.  Entonces, mientras nadaba en el mar inmenso del dolor de haberlo perdido, mi dulce Jesús se ha movido en mi interior, y haciéndose ver en acto de rezar, yo me he unido con Él en la oración y luego me ha dicho:

(2) “Hija mía, Yo, al crear al hombre, para conservarle la vida formé en torno a él el aire del cuerpo y el aire del alma:  ‘El aire natural para el cuerpo, el aire de mi Voluntad para el alma’.  ¿Crees tú que el aire natural, sólo porque es aire tiene virtud de dar la respiración al hombre, la fuerza, el alimento, la frescura, la vida vegetativa a toda la naturaleza?  Así que a pesar de que no se ve tiene todo en un puño y se constituye vida de todo ser creado, y por eso todos sienten la necesidad del aire, y él por todas partes hace su curso, de noche, de día, penetra en el latido del corazón, en la circulación de la sangre y por todas partes; ¿pero sabes por qué contiene tanta virtud?  Porque en el aire está toda la sustancia de los bienes que produce, y fueron puestos por Dios en el aire la fuerza alimentadora, respiratoria, vegetativa, y él contiene como tantas semillas de todo el bien que encierra.  Ahora, si se necesitaba un aire para la conservación de toda la naturaleza, se necesitaba también un aire para la conservación del alma, y mi bondad no quiso confiar ni formar otro aire para el alma, sino que mi misma Voluntad se quiso constituir aire para el alma, y así toda aquella sustancia de los bienes que Ella contiene, pudiera, como aire que invisiblemente todo lo invade, penetrar en el fondo del alma y llevarle el alimento divino, la vegetación y todos los bienes, la virtud que respira todo lo que es Cielo, la fortaleza invencible, la fecundidad de todas las virtudes.  Debería haber una competencia, el cuerpo en respirar el aire natural, y el alma en respirar el aire de mi Voluntad, sin embargo, ¡es de llorar!  Si los hombres sienten que les falta el aire natural, se lo procuran, si caminan en altas montañas manifiestan con dolor la falta del aire, en cambio del aire de mi Voluntad no tienen ni un pensamiento ni un dolor, y a pesar de que están obligados a estar como embebidos en el aire de mi Voluntad, las criaturas no amando este aire balsámico y santificante, no puede poner en el alma los bienes que contiene, y está obligada a estar en ella sacrificada, sin poder desarrollar la vida que mi Voluntad contiene.  Por eso hija mía, te recomiendo, si quieres que mi Voluntad cumpla en ti sus designios, que respires siempre el aire de mi Voluntad, a fin de que a medida que lo respires florezca en ti la Vida Divina y te conduzca a la verdadera finalidad para la cual fuiste creada”.

 

Vol. 28.- Marzo 12, 1930

Dios no toma en cuenta el tiempo, sino los actos que hacemos. Ejemplo de Noé. El bien que posee un sacrificio prolijo y continuo. Cada actode criatura posee su germen distinto.

“TRANSFORMAR” LOS ACTOS HUMANOS DEL PROPIO PASADO EN ACTOS DIVINOS:

 

El recuerdo llama las obras del pasado y las hace como presentes

Vol. 30, 24.02. 1932 “… Después de eso seguía mi recorrido en los actos de la Divina Voluntad, y oh, ¡cómo quisiera abrazar todo, incluso lo que han hecho todos los bienaventurados, para dar en cada… Editar »

 

Vol. 34, 23.05.1937 “Hija mía, cuando la criatura llama en sus actos a mi Voluntad para vivir en Ella, mi Voluntad inunda la criatura y su acto con su fuerza creadora, renovando su vida divina.  … Editar »

 

 

 

 

GRACIAS POR TU AMOR Y PERDON POR MIS HERMANOS

 

Publicado por erika elizabeth valdez samano el agosto 12, 2012 a las 1:37pm en EL GERMEN DIVINO.Atrás a EL GERMEN DIVINO. discusiones

ESPERO PADRE SANTO ESPERO QUE CADA VEZ TENGAS MAS ALMAS QUE PUEDAN DARTE EL HONOR Y LA GLORIA QUE TU MERECES POR DARNOS TANTO AMOR TE ENTREGO MI VIDA SEÑOR PARA QUE TU HAGAS DE ELLA LO QUE TU VOLUNTAD QUIERA Y ASI DARTE REPARACION POR TODAS LAS ALMAS QUE NO TE HAN PODIDO CONOCER PERDONALOS PADRE SANTO PORQUE, NO SABEN DE TU GRAN MISERICORDIA Y TAMBIEN A LOS QUE NO CONOCEN TU GRANDEZA Y AMOR INFINITO QUE TIENES PARA TODOS NOSOTROS SIN DEJAR A NADIE DESAMPARADO, TE PIDO PERDON POR TODO AQUEL QUE ESTA EN LA IGNORANCIA DE TU SANTIDAD Y AMOR

Sustituyendo los actos...

 

Publicado por Mariu el agosto 10, 2012 a las 11:03am en EL GERMEN DIVINO.Atrás a EL GERMEN DIVINO. discusiones

“… Y siendo mi Voluntad la rueda central de mi Ser, de la Creación y de todo, lo que tú haces, saliendo de este centro, sustituirá tantos actos de las criaturas y, multiplicandose en los movimientos de todos como movimiento central, vendrá a depositar ante mi trono, de parte de las criaturas, sus actos, sustituyendo todo…”

 

 

Publicado por Mariu el agosto 10, 2012 a las 10:53am en EL GERMEN DIVINO.Atrás a EL GERMEN DIVINO. discusiones

“… Ah, hija mía, la actual generación merecería ser destruída del todo, y si permitiré que quede un poco de ella, es para formar estos soles de la santidad de vivir en mi Querer, que a ejemplo mío me devolverán todo lo que me debían las demás criaturas pasadas, presentes y futuras. Entonces la tierra me dará verdadera gloria y mi «FIAT VOLUNTAS TUA, así en la tierra como en en Cielo» se cumplirá y será escuchado por Dios” (Vol. 12, 27.11.1917)

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