Efectos de las oraciones en la Divina Voluntad
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Inmaculado Corazón de María, Madre y Reina de la Divina Voluntad, te ruego por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús, y por la gracia que Dios te ha concedido, desde tu Inmaculada Concepción, la Gracia de vivir en la Divina Voluntad.
Nombre... Te quiero bendecir con la misma bendición con la que Jesús bendijo a su Madre Santísima antes de comenzar su pasión.
Así pues, por medio e intercesión de la bienaventurada Virgen María, Reina y madre de la Divina Voluntad.
Te bendigo para imprimir en ti, el triple sello de las tres Divinas Personas, para que tú resurjas de tu decaimiento para vivir en el Divino Querer.
Esta bendición en el nombre del padre + comunique e imprima en tu voluntad el sello de su poder, restituyéndola como soberana de todo.
Oracion para el descanso en la Divina Voluntad,
Diferencia entre la oración tradicional y la oración en la Divina Voluntad:
La oración tradicional es un diálogo personal con Dios donde expresamos nuestras peticiones, alabanzas y agradecimientos desde nuestra voluntad humana. Es como hablar con Dios desde nuestra orilla del río.
¡Oh Jesús mío! Dulce prisionero de amor, heme aquí contigo de nuevo; te dejé con decirte “adiós”, y ahora vuelvo a Ti diciéndote “buenos días.” Me consumía el ansia de volverte a ver en esta prisión de amor para darte mis amorosos saludos, mis latidos afectuosos, mis respiros encendidos, mis deseos ardientes, y toda yo misma para transfundirme toda en Ti y dejarme toda en Ti en perpetuo recuerdo y prenda de mi amor constante hacia Ti.
¡Oh Jesús mío! Prisionero celestial, ya el sol está en el ocaso y las tinieblas invaden la tierra, y Tú quedas solo en el tabernáculo de amor. Me parece verte triste por la soledad de la noche, no teniendo en torno a Ti la corona de tus hijos y de tus tiernas esposas, que al menos te hagan compañía en tu voluntario cautiverio.
Mientras me encontraba en mi habitual estado, me he encontrado fuera de mí misma y veía a mi confesor difunto; un pensamiento me ha pasado por la mente: “Pregunta si aquello que no has dicho al confesor estás obligada a decirlo, y por tanto a escribirlo o no”. Yo le he preguntado diciéndole qué cosa era y él me ha dicho:
“Ciertamente estás obligada”.
“Hija mía, cuando el alma reza en mi Voluntad, todas las cosas y todos los seres creados ponen atención, suspenden todo, hacen callar a todo, y mientras están todos atentos para admirar el acto hecho en la Divina Voluntad, siguen todos juntos la plegaria; la potencia de Ella llama y se impone sobre todo, de modo que todos hacen la misma cosa.