El acto preventivo y el acto actual.
Estaba pensando entre mí: “Si es tan grande un acto hecho en su Querer, ¿cuántos, ay de mí, no dejo escapar?” Y mi dulce Jesús, moviéndose en mi interior, me ha dicho:
“Hija mía, existe el acto preventivo y el acto actual.
El preventivo es aquel cuando el alma, desde el primer surgir del día, fija su voluntad en la mía, y se decide y se confirma de querer vivir y obrar solo en mi Querer, previene todos sus actos y los hace correr todos en mi Querer.
Con la voluntad preventiva mi Sol surge, mi Vida queda duplicada en todos tus actos como dentro de un solo acto, y esto suple al acto actual.
Sin embargo, el acto preventivo puede ser opacado, oscurecido por los modos humanos, por la voluntad propia, por la propia estima, por el descuido y otras cosas, que son como nubes delante al sol, que vuelven menos vívida su luz sobre la faz de la tierra.
En cambio, el acto actual no está sujeto a nubes, sino que tiene virtud de despejar las nubes, si es que las hay, y hace surgir tantos otros soles en los cuales queda duplicada mi Vida, con tal intensidad de luz y calor, de formar otros tantos nuevos soles, el uno más bello que el otro. Sin embargo, los dos actos son necesarios, el preventivo da la mano, dispone y forma el plano al actual, y el actual conserva y ensancha el plano del preventivo”. Vol. 14- 31 Mayo 27, 1922
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