"Jesús, vida mía, gracias te doy por llamarme en tu Divina Voluntad para que unida mi voluntad a la Tuya como una sola, venga a contemplar y hacer mía tu sabiduría infinita en la creación de la vida a nivel microscópico en el ser humano.
Me uno a tu amor cuando creaste:
- El ADN, ese código perfecto que:
- Contiene toda la información de la vida.
- Se transmite de generación en generación
- Se repara a si mismo
- Dirige la formación de cada célula.
- Mantiene la identidad única de cada persona.
En la sangre, me uno a tu sabiduría al crear:
- Los glóbulos rojos que:
- Llevan oxígeno a cada célula.
- Nutren todos los tejidos
- Mantienen la vida en cada rincón del cuerpo.
- Los glóbulos blancos y linfocitos que:
- Defienden el cuerpo de amenazas
- Mantienen la memoria inmunología
- Trabajan en perfecta coordinación
Me uno a tu providencia al crear:
- Las bacterias beneficiosas que:
- Ayudan en la digestión
- Producir vitaminas necesarias
- Protegen contra organismos dañinos
- Mantén el equilibrio del cuerpo.
En tu sabiduría infinita, hasta los virus pueden:
- Fortalecer nuestro sistema inmune
- Mantener el equilibrio ecológico
- Contribuir a la evolución de la vida
Me maravillo ante:
- La perfecta coordinación de todos estos elementos.
- El equilibrio que mantiene la salud.
- La capacidad de autocuración que nos diste
- La complejidad y perfección de cada sistema.
Todo esto te lo devuelvo en tu Divina Voluntad, donde cada elemento microscópico canta tu gloria y manifiesta tu amor infinito."
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