El alma que obra en la Voluntad Eterna

“Hija mía, cómo es bello ver a un alma obrar en mi Voluntad, ella sumerge su acción, su pensamiento, su palabra en mi Voluntad, es como una esponja que impregnándose de todos los bienes que el Querer Supremo contiene, se ven en el alma tantos actos divinos que irradian luz, y casi no se sabe distinguir si son actos del Creador o de la criatura, y como se han impregnado de esta Voluntad eterna, han absorbido en ellos la potencia, la luz y el modo del obrar de la Majestad Eterna.  

Mírate cuán bella te ha hecho mi Querer; y no sólo esto, sino que en cada acto tuyo me encierro a Mí mismo, porque encerrando a mi Querer, todo encierras”.

 Yo me he mirado, y ¡oh! cuánta luz salía, pero lo que más me ha impresionado y dado gusto ha sido ver a mi Jesús encerrado en cada acto mío, su Voluntad lo aprisionaba en mí.  Vol. 17 Junio 14 de 1924

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