La finalidad de la Creación, Redención y Glorificación

Imagen de Mariu

Concentración de la finalidad de la Creación, Redención y Glorificación.

 

 Estaba pensando en lo que está escrito el pasado día 19 y decía entre mí:  “¿Cómo puede ser posible que después de mi Mamá pueda ser yo el segundo apoyo?”  Y mi dulce Jesús, atrayéndome a Él dentro de una luz inmensa me ha dicho:

 “Hija mía, ¿por qué lo dudas?  ¿Cuál es el motivo?”

 Y yo:  “Mi gran miseria”.

 Y Él:  “Esto hazlo a un lado; y además, si no te elegía a ti, ciertamente debía elegir a otra de la familia humana, porque ésta se rebeló a mi Voluntad, y con el rebelarse me quitó la finalidad de la gloria y del honor que la Creación debía darme, por lo tanto, otra de la misma familia humana, con tener una continua conexión con mi Querer, con vivir más con mi Voluntad que con la suya, abrazando todo en mi Querer debía elevarse sobre todo para poner a los pies de mi trono la gloria, el honor, el amor que todos los demás no me han dado.

 Única finalidad de la Creación fue que todos cumplieran mi Querer; no fue que el hombre hiciera cosas grandes, más bien, éstas las veo como una nada y con desprecio si no son frutos de mi Voluntad, y por eso muchas obras en su mejor momento se deshacen, porque la Vida de mi Voluntad no estaba dentro.  Entonces el hombre, habiendo roto su voluntad con la mía, me destruyó lo más bello, la finalidad para la que lo había creado; él se arruinó completamente y me negó todos los derechos que me debía dar como a su Creador.  Pero mis obras llevan el sello de lo eterno, y mi infinita sabiduría y mi eterno amor no podían dejar la obra de la Creación sin sus efectos y los derechos que me correspondían; he aquí el por qué de la Redención. 

Quise expiar con tantas penas las culpas del hombre, y con no hacer jamás mi voluntad sino siempre la de la Divinidad, y aun en las cosas más pequeñas, como el respirar, el mirar, el hablar, etc.; mi Humanidad no se movía, ni tenía vida si no era animada por la Voluntad de mi Padre, me habría contentado con morir miles de veces antes que dar un respiro sin su Querer, con esto anudé de nuevo la voluntad humana con la Divina, y en mi persona, siendo Yo verdadero hombre y verdadero Dios, daba a mi Padre toda la gloria y los derechos que le correspondían. 

Pero mi Querer y mi amor no quieren estar solos en mis obras, quieren hacer otras imágenes semejantes a Mí, y habiendo mi Humanidad rehecho la finalidad de la Creación, vi por la ingratitud del hombre, peligrar la finalidad de la Redención, y para muchos quedar casi arruinada, por esto para hacer que la Redención me diera gloria completa y me diera todos los derechos que se me debían, tomé otra criatura de la familia humana, la cual fue mi Mamá, copia fiel de mi Vida, en quien mi Voluntad se conservaba íntegra, y concentré en Ella todos los frutos de la Redención, así puse a salvo la finalidad de la Creación y Redención, y mi Mamá, si ninguno hubiese aprovechado la Redención, me daría Ella todo lo que las criaturas me habrían dado.

 Ahora vengo a ti; Yo era verdadero Hombre y verdadero Dios, mi querida Mamá era inocente y santa, y nuestro amor nos llevó más allá, queríamos otra criatura, que concebida como todos los demás hijos de los hombres tomara el tercer puesto a mi lado, – no estaba contento de que sólo Yo y mi Mamá fuéramos íntegros con la Voluntad Divina, queríamos a los otros hijos – que a nombre de todos, viviendo en pleno acuerdo con nuestra Voluntad, nos dieran gloria y amor divino por todos, por eso te llamé a ti “ab eterno”, cuando nada existía aún acá abajo, y así como cortejaba a mi querida Mamá, deleitándome, acariciándola y haciendo llover sobre Ella a torrentes todos los bienes de la Divinidad, así te cortejaba a ti, te acariciaba, y los torrentes que llovían sobre mi Mamá te inundaban a ti, por cuanto eras capaz de contener, y te preparaban, te prevenían y embelleciéndote te daban la gracia de que mi Voluntad fuera íntegra en ti, y que no la tuya, sino la mía, animara aun tus más pequeños actos; en cada acto tuyo corría mi Vida, mi Querer y todo mi amor. 

¡Qué contento, cuántas alegrías no sentía Yo!  He aquí por qué te llamo segundo apoyo después de mi Mamá, no sobre de ti me apoyaba, porque tú eras nada y no podía apoyarme, sino sobre mi Voluntad que tú debías contener.  Mi Voluntad es vida, y quien la posee, posee la vida y puede sostener al autor de la misma vida.  Entonces, así como en Mí concentré la finalidad de la Creación, en mi Mamá concentré los frutos de la Redención, así en ti concentré la finalidad de la gloria, como si en todos fuera íntegro mi Querer, y de aquí vendrá la corte de las otras criaturas.  No terminarán las generaciones si no obtengo mi intento”.

 Entonces yo, asombrada he dicho:  “Amor mío, ¿es posible que tu Voluntad esté íntegra en mí, y que en toda mi vida no haya habido ninguna rotura entre tu Voluntad y la mía?  Parece que te burlas de mí”.  Y Jesús con acento más dulce aun:

 “No, no bromeo, es verdad que no ha habido ruptura, a lo más leves lesiones alguna vez, pero mi amor como fuerte cemento ha reparado estas lesiones y ha hecho aun más fuerte la integridad.  Yo he estado a guardia de cada acto tuyo, y rápidamente hacía correr mi Querer a su punto de honor en cada uno de ellos, Yo sabía que muchas gracias se necesitaban, debiendo hacer el más grande milagro que existe en el mundo, como es el vivir continuado en mi Querer, en que el alma debe absorber a todo un Dios en su acto para darlo de nuevo íntegro como lo ha absorbido, y luego absorberlo de nuevo, por eso sobrepasa al mismo milagro de la Eucaristía, donde los accidentes no tienen razón, ni voluntad, ni deseos que puedan oponerse a mi Vida Sacramental, así que nada pone la hostia, todo el obrar es mío, si lo quiero lo hago, en cambio para realizar el milagro de vivir en mi Querer, debo plegar una razón, una voluntad humana, un deseo, un amor puramente libre, ¿y cuánto no se necesita?  Por eso abundan almas que comulgan y participan en el milagro de la Eucaristía, porque para esto se sacrifican menos, pero debiéndose sacrificar más en el hacer que se realice el milagro de que mi Voluntad tenga vida en ellas, poquísimas son las que se disponen”. Vol. 13 Noviembre 26 de 1921.