" Hija mía, quien en mi Voluntad reza, ama, repara, me besa, me adora, etc. Yo siento en ella como si me rezaran, me amaran, etc., porque mi Voluntad envuelve a todos y a todo en mi Querer, y el alma me da el beso, el amor y la adoración de todos. Y Yo, encontrando a todos en ella, doy a ella tantos besos y tanto amor por cuanto debería dar a todos.
El alma en mi Voluntad no esta contenta si no me ve completado el amor de todos y si no me ve besado y adorado por todos. En mi Voluntad no se pueden hacer cosas a la mitad, sino completas, y Yo al alma que obra en mi Querer no puedo dar cosas pequeñas, sino tan inmensas que pueden ser suficientes para todos.
Yo hago con el alma que obra en mi Querer como una persona que quiere que le hagan un trabajo diez personas, pero de las diez una sola se ofrece a hacer el trabajo y las demás lo rechazan, ¿No es justo que todo lo que quería dar a los diez, lo de a esa sola? Y si no fuera así ¿Donde estaría entonces la diferencia entre quien obra en mi Querer y entre quien obra en su voluntad? ( Volumen 12; 2 de abril de 1921)