Enviado por Mariu el
Quien debe hacer bienes universales debe suplir por todos. Tres planos en la Voluntad de Dios.
Estaba fundiéndome toda en el Santo Querer Divino, con la herida en el alma de no haber visto a mi dulce Jesús, ¡oh! como mientras trataba de hacer mis actos en su Querer no me lo sentía junto conmigo, me sentía arrancar un pedazo de mí misma, así que mi pequeña y pobre existencia me la sentía despedazar sin Jesús, y le pedía que tuviera piedad de mí y que pronto regresara a mi pobre alma.
Entonces, después de mucho esperar ha regresado, pero muy afligido por causa de la perfidia humana, parecía que naciones y naciones se peleaban entre ellas, preparando hasta los depósitos de las armas para combatirse, preparando cosas imprevistas para hacer surgir los combates.
Qué locura, qué ceguera humana, parece que no tienen ya vista para ver el bien, el orden, la armonía, sino que tienen vista sólo para ver el mal, y esta ceguera les afecta el cerebro y hacen cosas de locos, entonces al verlo tan afligido por causa de esto le he dicho:
“Amor mío, deja esta tristeza, Tú les darás luz y no lo harán, y si son necesarias mis penas, estoy pronta con tal de que estén todos en paz.”
Y Jesús con dignidad y severidad me ha dicho: “Hija mía, te tengo para Mí, para formar en ti mi reino del Fiat Supremo, no para ellos; te he hecho sufrir hasta demasiado para librar al mundo, pero su perfidia no merece que Yo te haga sufrir más por su causa.”
Y mientras esto decía, parecía que tenía en sus manos una barra de fierro, en acto de pasarla sobre las criaturas.
Yo he quedado espantada y quería aliviar a Jesús de su aflicción y por eso le he dicho:
“Jesús, vida mía, ocupémonos por ahora del reino de tu Querer, a fin de que te consueles, yo sé que tu alegría, tu fiesta, es el darte ocasión para hacerte hablar de él, por eso, junto conmigo corran tus actos en los míos, a fin de que con la luz de tu Querer invistan más que sol a todas las criaturas, y yo pueda constituirme acto por cada acto, pensamiento por cada pensamiento, encerraré todo, tomaré como en un puño todos sus actos para hacer todo lo que ellas no te hacen, y así encontrarás todo en mí y tu aflicción se alejará de tu corazón.”
Y Jesús condescendiendo a mis deseos ha girado junto conmigo y después me ha dicho: “Hija mía, qué Potencia contiene mi Voluntad, Ella como luz penetra dondequiera, se ensancha, se da a cada acto, se multiplica al infinito, pero mientras hace tantas cosas y se multiplica en cada cosa, queda siempre una, cual es, conservando todos sus actos sin perder ni uno.
Mira hija mía, el primer plano hecho en mi Voluntad a nombre y por todas las criaturas, fue hecho por la Soberana Reina, y obtuvo el sumo bien a todas las criaturas de hacer descender a la tierra al suspirado Redentor; quien hace por todos, a nombre de todos y suple por todos, merece bienes universales que pueden servir a todos.
El segundo plano hecho en la Suprema Voluntad fue hecho por mi Humanidad, abracé todo y a todos como si fueran uno solo, di satisfacción por todos, no dejé ningún acto de criatura sin constituir en él el mío, para hacer que a mi Padre Celestial le fuera completa la gloria, el amor, la adoración por cada acto de criatura, y esto consiguió el fruto de mi venida sobre la tierra, mereció la salvación, la santidad a todos; que muchos no la tomen, la culpa es de ellos, no por falta del donador. Así que mi Vida consiguió bienes universales a todos, abrió las puertas del Cielo para todos.
El tercer plano en mi Voluntad lo harás tú, y por eso en todas las cosas que tú haces te hago hacer por todos, abrazar todo, suplir a nombre de cada uno de los actos de ellos.
Tu plano debe igualarse al mío, debe unificarse a aquél de la Emperatriz Celestial y esto servirá para conseguir el reino del Fiat Supremo.
A quien debe hacer un bien universal nada se le debe escapar, para vincular el bien que quiere dar a todas las criaturas.
Los actos hechos en mi Voluntad, para suplir a todos, forman dobles cadenas, pero cadenas de luz que son las más fuertes, las más largas, no sujetas a romperse, ninguno puede tener la habilidad de romper una cadena de luz, esa es más que rayo solar que ninguno puede romper, mucho menos impedirle el paso a donde la largura y anchura del rayo quiere llegar, y estas cadenas de luz obligan a Dios a dar bienes universales y a la criatura a recibirlos.” Vol. 20 Septiembre 23 1926