la iglesia en este mes de noviembre nos recuerda la caridad que debemos tener para con las alma del purgatorio.
Dedica en este tiempo a orar de una manera especial por todas aquellas almas que se encuentran en el purgatorio. El catecismo de la Iglesia Católica en el numeral 1030 nos dice:
"Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo" Es dogma de fe la existencia del purgatorio.
¿Y quienes van allí? Las almas que hayan muerto en estado de gracia y no hayan alcanzado la perfección de la santidad.
En el numeral 1031 nos dice: "la iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados"
El purgatorio no es el infierno. El purgatorio es un estado en el cual el alma por medio de la purificación del fuego va alcanzando su identidad, su vida divina para poder pasar al reino de los cielos. Varios textos de la Sagrada Escritura nos hacen referencia al estado del purgatorio: Como fuego purificador
(ICorintios 3,15. IPedro 1, 7. Mt. 12,31-32). El texto que nos habla directamente acerca de orar por las almas del purgatorio y de ofrecer ofrendas y sacrificios, es el segundo libro de los Macabeos en el capítulo 12, 46. Judas Macabeo mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos para que quedarán liberados del pecado estado en el cual el alma por medio
Desde los primeros tiempos, la iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor. En particular la celebración de la Eucaristía y la meditación de la Pasión de Cristo, son dos herramientas que ayudan bastante a la purificación de aquellas almas y puedan, así, llegar a la visión beatífica de Dios.
En el numeral 1032 la iglesia recomienda que se hagan indulgencias, obras de penitencia y limosnas en favor de los difuntos.
Citando el libro de Job 1,5 nos dice que llevémosles socorros y hagamos su conmemoración; si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre, ¿por qué habríamos de dudar que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? "...no dudemos pues en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos" nos dice San Juan Crisóstomo. Para que las almas puedan liberarse del estado del purgatorio, existe la condición de que aquellos que estamos en la tierra, podamos con nuestras oraciones y ofrendas, satisfacer a estas almas santas.