MI RESURRECCIÓN TE DÁ EL DERECHO DE RESUCITAR DE LA MUERTE

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MI RESURRECCIÓN TE DÁ EL DERECHO DE RESUCITAR DE LA MUERTE

 

Estaba siguiendo los actos del Santo Querer Divino cuando Jesús resucitó del sepulcro, glorioso y triunfante, y mi amable Jesús saliendo de dentro de mi interior me ha dicho:

“Hija mía, con el resucitar, mi Humanidad dio el derecho a todas las criaturas de hacer resurgir no sólo sus almas a la gloria y a la bienaventuranza eterna, sino también a sus cuerpos.

El pecado había quitado estos derechos de resucitar a las criaturas; mi Humanidad con resucitar los restituyó.

Ella encerraba el germen de la resurrección de todos, y en virtud de este germen encerrado en Mí, todos tuvieron el bien de poder resucitar de la muerte.

Quien hace el primer acto debe tener la virtud de encerrar en sí todos los demás actos que deben hacer las otras criaturas, de modo que en virtud del primer acto, los demás puedan imitarlo y hacer el mismo acto. ¿Cuánto bien no llevó la Resurrección de mi Humanidad, dando el derecho a todos de resucitar?

Para el hombre, porque se había sustraído de mi Voluntad, la gloria, felicidad, honores, todo le había quedado malogrado, había roto el eslabón de unión que uniéndolo con Dios le daba los derechos a todos los bienes de su Creador, y mi Humanidad con resucitar enlazó el eslabón de unión, restituyéndole los derechos perdidos, dándole virtud de resucitar.

Toda la gloria, todo el honor es de mi Humanidad, si Yo no hubiera resucitado, ninguno podría resucitar.

Con el primer acto viene la sucesión de los actos semejantes al primero. Mira qué cosa es la potencia de un primer acto, mi Mamá Reina hizo el primer acto de concebirme; Ella para poder concebirme a Mí, Verbo Eterno, encerró en Sí todos los actos de las criaturas para corresponder a su Creador en modo de poder decirle: ‘Soy Yo que te amo, te adoro, te doy satisfacción por todos.’ Entonces, encontrando a todos en mi Mamá, a pesar de que fue una mi concepción, pude darme a todos como vida de cada criatura.

Así tú hija mía, con hacer tus primeros actos en mi Voluntad, las otras criaturas reciben el derecho de entrar en Ella y de repetir tus actos para recibir los mismos efectos.

Cómo es necesario que aunque sea uno solo haga el primer acto, porque esto sirve para abrir la puerta, preparar las materias primas, sirve para formar el modelo para dar vida a ese acto.

Cuando el primero está hecho, a los demás les resulta más fácil imitarlo.

Esto sucede aun en el bajo mundo, quien es el primero en formar un objeto debe trabajar más, sacrificarse más, debe preparar todas las materias que se necesitan, debe hacer tantas pruebas y cuando el primero está hecho, no sólo adquieren el derecho de poderlo hacer los demás, sino que les resulta más fácil el repetirlo, pero toda la gloria es de quien ha hecho el primero, porque si no hubiese hecho el primero, los otros actos semejantes jamás habrían podido tener existencia. Por eso sé atenta a formar tus primeros actos si quieres que el reino del Fiat Divino venga a reinar sobre la tierra.”

Después de esto estaba fundiéndome en el Santo Querer Divino, llamando a todos los actos de las criaturas para que todos resurgieran en Él, y mi dulce Jesús me ha dicho:

“Hija mía, que gran diferencia hay entre un acto hecho en mi Voluntad y un acto, aun bueno, hecho fuera de Ella.

En el primero corre una Vida Divina dentro de él y esta Vida llena Cielo y tierra, y ese acto recibe el valor de una Vida Divina; en el segundo corre un acto de vida humana y éste es limitado, restringido, y muchas veces su valor termina cuando termina el acto, y si algún valor hay dentro, es valor humano sujeto a perecer.”Volumen 12 15.04.1919