Enviado por Mariu el
El alma sola con Jesús y Jesús solo con ella y cómo se la goza Él solo
Uno de los puntos esenciales en esta nueva etapa de santidad es la confidencialidad que existe en esta relacion. O sea, hablamos de una relación donde no tienen cabida mas que dos seres: Dios y el alma. No entran intercesores, ayudas, maestros, guías, etc. Es la unión más estrecha que puede existir entre Creador y criatura, y se lleva a cabo en el ambiente de la eternidad, donde las decisiones son inmutables, no existe posibilidad de cambios, los cuales se dan únicamente en el tiempo, por eso Dios lo lleva a cabo en su ambiente, pues no es dado a cambiar sus decisiones, y desea que la criatura se comprometa de la misma manera. Decir un sí (fiat), unido al Sí (Fiat) de Dios, es, por decirlo de esta manera, igual al Sacramento del matrimonio, el cual se establece por la voluntad libre de los cónyuges. De igual manera en esta nueva santidad, es la Voluntad de Dios que unida a la de la criatura pronuncian su Sí, quedando de esta manera establecido el vínculo con carácter de inseparabilidad.
“Me sentía toda abandonada en el eterno Fiat y toda sola y sólo para Jesús, como si ningún otro existiese. Entonces pensaba para mí: “Estoy sola, dentro de mí no siento correr otra cosa que el gran mar de la Voluntad Divina, todo el resto no existe para mí, Jesús mismo se va y se esconde en la luz interminable de Ella, y si se hace ver, los rayos del Sol del Querer Divino le llueven encima, y mi vista siendo demasiado débil queda eclipsada y lo pierdo, esperando que mi Jesús, mi vida, se desembarace de aquella luz, o bien la vuelva menos brillante para poder encontrarlo de nuevo, y me lamento de la luz que me eclipsa la vista y me esconde a Aquél que es vida de mi pobre alma; ¡oh! si esta luz del bendito Fiat fuese menos deslumbrante yo me gozaría a mi dulce Jesús, porque muchas veces siento su toque divino, su aliento refrescante, otras veces siento sus labios que me dan su beso, y con todo y eso no lo veo, todo es por causa de la bendita luz que forma el eclipse.
¡Oh! Santa Voluntad de Dios, cómo eres fuerte y potente, que llegas a esconderme a mi amado Jesús”.
Después, mientras esto y otras cosas pensaba, mi sumo bien Jesús ha salido de dentro de aquella luz tan deslumbrante, y así lo he podido ver y me ha dicho:
“Hija mía, tú estás sola Conmigo, y Yo estoy solo contigo, y como estás sola Conmigo Yo concentro en ti a todo Yo mismo, porque estando sola Conmigo te puedo llenar toda de Mí, no hay punto de ti donde no tome mi lugar, te transforme en Mí y como en naturaleza entre en ti la gracia extraordinaria.
Cuando el alma está sola Conmigo Yo soy libre de hacer lo que quiero, me la gozo Yo solo y mi amor me hace hacer tanto con ella, que llego hasta la locura y hago tantas estratagemas amorosas, que si se pudiesen ver u oír por todas las criaturas, dirían:
‘Sólo Jesús sabe amar y puede amar en modo tan sorprendente, tan ingenioso y tan grande’.
Yo hago con quien vive sola Conmigo, como podría hacer el sol, si pudiese concentrar toda su luz sobre de una planta, esta planta recibiría en sí toda la vida del sol y gozaría de todos sus efectos, mientras que las otras plantas reciben cada una un solo efecto, que basta a la naturaleza de su planta, en cambio la primera, como recibe toda la vida del sol, recibe al mismo tiempo todos los efectos que contiene la luz. Así hago Yo, concentro en el alma toda mi Vida y no hay cosa de Mí de que no la haga gozar, en cambio, quien no está solo Conmigo, como no puedo concentrar mi Vida, está sin luz, siente en sí el peso de las tinieblas, su ser está dividido en tantas partes por cuantas cosas tiene; así que si ama la tierra se siente dividida con la tierra, si ama a las criaturas, los placeres, las riquezas, se siente dividida como a pedazos, de modo que, quién la arrebata de una parte y quién de la otra, el pobre corazón vive entre ansias, temores y amargas desilusiones. Todo al contrario para quien vive sola Conmigo”. Volumen 23, 10 de Noviembre de 1927
SALVADOR THOMASSINY FRÍAS