La Reparación en la Divina Voluntad

Imagen de Mariu

Quien está en la Divina Voluntad abrazando todo, rezando y reparando por todos, toma para sí sola el Amor que Dios tiene para todos. Quien está del todo en la Divina Voluntad no está sujeto a tentaciones.

 Esta mañana mi siempre amable Jesús al venir me ataba con un hilo de oro diciéndome:

 “Hija mía, no te quiero atar con sogas y cadenas; con los rebeldes se usan cuerdas y cadenas de hierro, pero con los dóciles, con quienes no quieren otra vida que mi Voluntad y no toman otro alimento que mi Amor, apenas un hilo se necesita para tenerlos unidos Conmigo, y muchas veces ni siquiera me sirvo de este hilo, pues están tan adentrados en Mí que forman una sola cosa Conmigo, y si lo uso es casi para entretenerme en torno a ellos”.

 Entonces, mientras Jesús me ataba yo me he encontrado en el mar interminable de la Voluntad de mi dulce Jesús, y por consecuencia en todas las criaturas, e iba extendiéndome en la mente de Jesús, en los ojos de Jesús, en la boca, en el corazón, y así, en la mente, en los ojos y en todo lo demás de las criaturas y hacía todo lo que hacía Jesús. ¡Oh! cómo con Jesús se abraza todo, no queda excluido ninguno. Después Jesús ha agregado:

 “Quien está en mi Voluntad abrazando todo, rezando y reparando por todos, toma en sí sola el amor que tengo por todos, así que el amor que tengo por todos lo encierra ella sola, y por cuanto la amo, otro tanto me es querida, otro tanto bella, así que todo deja atrás de ella”.

 Entonces yo, habiendo leído que quien no es tentado no es agradable a Dios, y pareciéndome que desde hace mucho tiempo no sé qué sea tentación, se lo he dicho a Jesús y Él me ha dicho:

 “Hija mía, quien está del todo en mi Voluntad no está sujeto a tentaciones, porque el demonio no tiene el poder de entrar en mi Voluntad, y no sólo esto, sino que el demonio mismo no quiere entrar, porque mi Voluntad es luz, y el alma ante esta luz conocería muy bien sus astucias, por lo tanto se burlaría del enemigo, el cual no tolera estas burlas y le son más terribles que el mismo infiero, y con todas sus fuerzas las rehuye. Prueba a salir de mi Voluntad y verás cuantos enemigos te lloverán encima. Quien está en mi Voluntad lleva siempre en alto la bandera de la victoria, y de los enemigos ninguno osa hacer frente a esta bandera inexpugnable”. Vol. 11 del 14 de Diciembres de 1912.

 

El alma mitiga los dolores de Jesús.

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús saliéndose de la costumbre que tiene conmigo en este periodo de mi vida, que si viene es por poco y como de escapada, y casi con la total cesación de los sufrimientos que al venir me comunicaba; sólo su Santo Querer es lo que me suple por todo.

Ahora, esta mañana ha venido y ha permanecido conmigo varias horas, pero en un estado que hacía llorar hasta las piedras; todo Él se dolía y en todas las partes de su Santísima Humanidad quería ser confortado, parecía que si no fuera así, al mundo lo reduciría a escombros; parecía que no quería irse para no ver los estragos y los graves espectáculos del mundo, que casi lo obligaban a mandar peores flagelos.

 Entonces yo lo he estrechado, y queriéndole aliviar me fundía en su inteligencia, para poder encontrarme en todas las inteligencias de las criaturas, y así dar a cada pensamiento malo mi pensamiento bueno, para reparar y aliviar todos los pensamientos ofendidos de Jesús; así me fundía en sus deseos, para poderme encontrar en todos los deseos malos de las criaturas, para poner mi deseo bueno para aliviar los deseos ofendidos de Jesús; y así de todo lo demás. Luego, después que le he aliviado parte por parte, como si se hubiera repuesto me ha dejado .Vol. 11 del 15 de Agosto de 1914

 

Quien hace las horas de la Pasión hace suya la  Vida de Jesús, y toma el mismo oficio de Él.

 Continuando las acostumbradas horas de la Pasión, mi amable Jesús me ha dicho:

 “Hija mía, el mundo está en continuo acto de renovar mi Pasión, y como mi inmensidad envuelve a todos, dentro y fuera de las criaturas, por eso estoy obligado por su contacto a recibir clavos, espinas, flagelos, desprecios, escupitajos y todo lo demás que sufrí en la Pasión, y aun más. Ahora, quien hace estas horas de mi Pasión, a su contacto me siento sacar los clavos, romper las espinas, endulzar las llagas, quitar los salivazos, me siento cambiar en bien el mal que me hacen los demás, y Yo, sintiendo que su contacto no me hace mal, sino bien, me apoyo siempre más sobre ella”.

 Después de esto, volviendo el bendito Jesús a hablar de estas horas de la Pasión ha dicho:

 “Hija mía, has de saber que con hacer estas horas, el alma toma mis pensamientos y los hace suyos, mis reparaciones, las oraciones, los deseos, los afectos y aun mis más íntimas fibras y las hace suyas, y elevándose entre el Cielo y la tierra hace mi mismo oficio, y como corredentora dice junto Conmigo: “Ecce ego mitte me”, quiero repararte por todos, responderte por todos e implorar el bien para todos”.Vol. 11 del 6 de Nov. de 1914

 

En el Divino Querer todo es completo. Las oraciones más

potentes sobre el corazón de Jesús y que más lo enternecen,

es revestirse de todo aquello que obró y sufrió Él mismo.

 

 Continuando mi habitual estado, mi siempre amable Jesús ha venido, me ha transformado toda en Él y luego me ha dicho:

 “Hija, derrámate en mi Querer para hacerme reparaciones completas, mi Amor siente la irresistible necesidad, ante tantas ofensas de las criaturas, de que al menos haya una, que interponiéndose entre Yo y ellas me dé reparaciones completas, amor por todas, y arrebate de Mí gracias para todas, y esto lo puedes hacer sólo en mi Querer, donde me encontrarás a Mí y a todas las criaturas. ¡Oh! Con qué ansias estoy esperando que entres en mi Querer para poder encontrar en ti las complacencias y las reparaciones de todas, pues sólo en mi Querer encontrarás todas las cosas en acto, porque Yo soy motor, actor y espectador de todo”.

 Y mientras esto decía me he fundido en su Querer, ¿pero quién puede decir lo que veía? Me encontraba en contacto con cada pensamiento de criatura, cuya vida de cada pensamiento venía de Dios, y yo en su Querer me multiplicaba en cada pensamiento, y con la santidad de su Querer reparaba todo, tenía un gracias por todos, un amor por todos, y así me multiplicaba en las miradas, en las palabras y en todo lo demás, ¿pero quién puede decir cómo sucedía todo esto? A mí me faltan las palabras, tal vez las mismas lenguas angélicas serían balbucientes, por eso pongo punto.

 Y así toda la noche me la pasé con Jesús en su Querer. Después sentí a la Reina Mamá junto a mí y me dijo:

 “Hija mía, reza”.

 Y yo: “Mamá mía, recemos juntas, pues por mí sola yo no sé rezar”.

 Y Ella ha agregado: “Las oraciones más potentes sobre el corazón de mi Hijo y que más lo enternecen, es cuando la criatura se reviste con todo lo que Él mismo obró y sufrió, habiendo dado todo eso como don a la criatura. Por tanto hija mía, reviste tu cabeza con las espinas de Jesús, adorna tus ojos con sus lágrimas, impregna tu lengua con su amargura, reviste tu alma con su sangre, adórnate con sus llagas, traspasa tus manos y pies con sus clavos, y como otro Cristo preséntate ante su Divina Majestad. Este espectáculo lo conmoverá, de manera que no sabrá rehusar nada al alma revestida con sus mismas divisas, pero, ¡oh, cuán poco saben las criaturas servirse de los dones que mi Hijo les ha dado! Estas eran mis oraciones en la tierra, y éstas lo son aún en el Cielo”.

 Entonces juntas nos hemos revestido con las divisas de Jesús, y juntas nos hemos presentado ante el trono divino, cosa que conmovía a todos, los ángeles nos querían ver y quedaban sorprendidos. Yo agradecí a la Mamá y me encontré en mí misma.Vol. 11 de 15 de Junio de 1916

 

Advertencias de castigos, especialmente para Italia.

 Estaba lamentándome con mi siempre amable Jesús, que en estos días pasados apenas por unos instantes venía, es más, en cuanto yo advertía su sombra Él huía. Y el bendito Jesús me ha dicho:

 “Hija mía, qué pronto olvidas la causa por la que en estos días no vengo tanto y huyo de ti, no es más que para que los castigos aprieten. Las cosas empeorarán siempre más, ¡ah, el hombre ha llegado a tal perversidad que para rendirlo no basta con tocarle la piel, sino que parece que me quiere hacer llegar a pulverizarlo! Por eso una nación invadirá a la otra y se herirán, la sangre correrá en los países como agua, es más, en ciertas naciones se harán enemigos de ellos mismos y se destruirán, se matarán, harán cosas de locos. ¡Ah, cuánto me duele el hombre! Yo lo lloro”.

 Ante el decir de Jesús he roto en llanto y le rogaba para que perdonara a la pobre Italia, pero Jesús me respondió:

 “Italia, Italia, ¡ah, si tú supieras cuánto de mal está preparando! ¡Cuántas conjuras contra mi Iglesia! No le basta con la sangre que está derramando en batalla, sino que está sedienta de más sangre, y quiere la sangre de mis hijos, la sangre de los sacerdotes, se quiere manchar de tales delitos en tal forma que se atraerá la venganza del Cielo y de las demás naciones”.

 Yo quedé aterrorizada y temiendo mucho, pero espero que el Señor se aplaque.Vol. 11  30 de Octubre de 1916.

 

Repetición de las reparaciones de Jesús.

 Continuando mi habitual estado, estaba diciendo a mi amado Jesús:  “No desdeñes mis oraciones, son tus mismas palabras que repito, las mismas intenciones, quiero las almas como las quieres Tú, y con tu mismo Querer”.  Y el bendito Jesús me ha dicho:

 “Hija mía, cuando te oigo repetir mis palabras, mis oraciones, querer como quiero Yo, como por tantos imanes me siento atraer hacia ti, y conforme te oigo repetir mis palabras, tantas alegrías distintas siente mi corazón, y puedo decir que es una fiesta para Mí, y mientras gozo, me siento debilitado por el amor de tu alma y no tengo la fuerza de castigar a las criaturas; siento en ti las mismas cadenas que Yo ponía al Padre para reconciliar al género humano.  ¡Ah! sí, repite lo que hice Yo, repítelo siempre si quieres que tu Jesús en tantas amarguras encuentre una alegría por parte de las criaturas”.

 Después ha agregado:  “Si quieres estar al seguro repara siempre y repara junto conmigo, fúndete tanto Conmigo de formar un solo eco entre tú y Yo de reparaciones; donde hay reparaciones el alma está como bajo techo, donde está defendida del frío, del granizo y de todo; en cambio donde no hay reparación, es como quien se encuentra en medio de la calle, expuesta a los rayos, al granizo y a todos los males.  Los tiempos son tristísimos, y si el cerco de las reparaciones no se ensancha, hay peligro de que los que están al descubierto queden fulminados por los rayos de la Divina Justicia”. Vol. 12 del 4 de junio de 1918.

 

 

Efectos del Querer Divino.  Amenazas de castigos.

 Continuando mi habitual estado, mi dulce Jesús ha venido todo cansado, en acto de pedirme ayuda, y apoyando su corazón sobre el mío me hacía sentir sus penas; cada pena que sentía era capaz de darme muerte, pero Jesús sosteniéndome me daba la fuerza para no morir.  Después, mirándome me ha dicho:

 “Hija mía, paciencia, en ciertos días me son más que nunca necesarias tus penas, para hacer que el mundo no se incendie del todo, por eso quiero hacerte sufrir más”.

 Y con una lanza que tenía en la mano me ha traspasado el corazón.  Yo sufría mucho pero me sentía feliz pensando que mi Jesús dividía conmigo sus penas, y que desahogándose conmigo podía librar a las gentes de los inminentes y terribles flagelos que caerán.  Después de algunas horas de intensas penas, mi amable Jesús me ha dicho:

“Querida hija mía, tú sufres mucho, por eso ven en mi Querer para tomar descanso y juntos recemos por la pobre humanidad”.

Yo no sé cómo me he encontrado en la inmensidad del Querer Divino, en brazos de Jesús, y Él como en voz baja decía y yo repetía junto con Él.  Diré algo de lo que decía, porque el decirlo todo me resulta imposible.

 Recuerdo: En el Querer de Jesús veía todos los pensamientos de Jesús, todo el bien que nos había hecho con su inteligencia, y cómo de su mente recibían vida todas las inteligencias humanas, pero, ¡oh, Dios! qué abuso hacían de ellas, cuántas ofensas, y yo decía:  “Jesús, multiplico mis pensamientos en tu Querer para dar a cada pensamiento tuyo el beso de un pensamiento divino, una adoración, un reconocimiento a Ti, una reparación, un amor de pensamiento divino, como si otro Jesús lo hiciera, y esto a nombre de todos y de todos los pensamientos humanos, presentes, pasados y futuros, e intento suplir a las mismas inteligencias de las almas perdidas.  Quiero que la gloria por parte de las criaturas sea completa y que ninguno falte a la llamada, y lo que no hacen ellas, lo hago yo en tu Querer para darte gloria divina y completa”.

 Después, Jesús mirándome esperaba como si quisiera una reparación a sus ojos; y yo he dicho:  “Jesús, me multiplico en tus miradas, para tener también yo tantas miradas por cuantas veces has mirado a la criatura con amor; en tus lágrimas para llorar también yo por todas las culpas de las criaturas, para poderte dar a nombre de todas, miradas de amor divino y lágrimas divinas, para darte gloria y reparación completa por todas las miradas de todas las criaturas”.  Luego, Jesús ha querido que a todo, a la boca, al corazón, a los deseos, etc., continuara con las reparaciones, multiplicando todo en su Querer; y si lo dijera todo me extendería demasiado, por eso paso adelante.  Después Jesús ha agregado:

 “Hija mía, conforme tú hacías tus actos en mi Querer, tantos soles se formaban entre el Cielo y la tierra, y Yo miro la tierra a través de estos soles, de otra manera es tanta la repugnancia que me da la tierra, que no podría mirarla.  Pero ella poco recibe de estos soles, porque son tantas las tinieblas que expanden, que poniéndose de frente a estos soles no recibe ni toda la luz ni el calor”.

Después me ha transportado en medio de las criaturas, ¿pero quién puede decir todo lo que hacían?  Sólo digo que mi Jesús con acento doloroso ha agregado:

 “Qué desorden en el mundo, pero este desorden es culpa de las cabezas, tanto civiles como eclesiásticas; su vida interesada y corrupta no tiene fuerza para corregir a los súbditos, por tanto han cerrado los ojos ante los males de los miembros, porque hubieran recriminado los males propios, y si lo han hecho ha sido todo en modo superficial, porque no teniendo en ellos la vida de aquel bien, ¿cómo podían infundirla en los demás?  Y cuántas veces estas perversas cabezas han antepuesto los malos a los buenos, tanto que los pocos buenos han quedado turbados por este actuar de las cabezas, por eso haré castigar a las cabezas en modo especial”.

 Y yo:  “Perdona a las cabezas de la Iglesia, ya son pocos, si Tú los golpeas faltaran los regidores”.

Y Jesús:  “¿No recuerdas que con doce apóstoles fundé mi Iglesia?  Así, los pocos que quedarán bastarán para reformar al mundo.  El enemigo está ya a sus puertas, las revoluciones están ya en acto, las naciones nadarán en la sangre, las cabezas serán dispersadas; reza, reza y sufre, a fin de que el enemigo no tenga la libertad de convertir todo en ruinas”. Vol. 12 del 7 de Abril de 1919

 

El fundirse en Jesús equilibra las reparaciones.

 Estaba lamentándome con mi dulce Jesús por mi pobre estado, y porque me he vuelto un ser inútil que no hago ningún bien, entonces, ¿para qué sirve mi vida?  Y mi amable Jesús me ha dicho:

 “Hija mía, la razón de tu vida la sé Yo, no te corresponde a ti investigarla, pero debes saber que el sólo fundirte en Mí todos los días y varias veces al día, sirve para mantener el equilibrio de todas las reparaciones, porque sólo quien entra en Mí y toma de Mí el principio de todo lo que hace, puede equilibrar las reparaciones de todos y de todo, puede equilibrar por parte de las criaturas la gloria del Padre, porque estando en Mí un principio eterno, una Voluntad eterna, pude equilibrar todo:  satisfacciones, reparaciones y gloria completa del Padre Celestial por parte de todos, así que conforme tú entras en Mí vienes a renovar el equilibrio de todas las reparaciones y de la gloria de la Majestad Eterna.  ¿Te parece poco esto?  ¿No sientes tú misma que no puedes hacer menos, y que Yo no te dejo si antes no te veo fundirte en todas mis partículas para recibir de ti el equilibrio de todas las reparaciones, sustituyéndote a nombre de toda la familia humana?  Busca por cuanto está en ti repararme por todo.  Si supieras cuánto bien recibe el mundo cuando un alma, sin la sombra del interés personal, sino sólo por mi amor, se eleva entre el Cielo y la tierra, y unida Conmigo equilibra las reparaciones de todos”.Vol. 12 del 3 de Septiembre de 1919.

Etiqueta: