Colección de pequeñas oraciones en la Divina Voluntad

Imagen de Mariu

 “Hija mía, estas oraciones han salido del fondo de mi corazón, y quien las rece con la intención de estarse Conmigo, como está expresado en ellas, Yo lo tendré Conmigo y en Mí haciendo lo que hago Yo, y no sólo los enfervorizaré en mi Amor, sino que cada vez que lo haga aumentaré mi amor hacia el alma, admitiéndola a la unión de la vida divina y de mis mismos deseos de salvar a todas las almas”.

La oración que busca sólo la Divina Voluntad.

“Hija mía, ¡cómo hiere mi Corazón la oración de quien sólo busca mi Querer! Siento el eco de mi oración, que hacía Yo estando en la tierra. Todas mis oraciones se reducían a una sola cosa: que la Voluntad de mi Padre, tanto respecto a Mí como respecto a todas las criaturas, se cumpliera perfectamente. Fue el honor más grande para Mí y para el

Padre Celestial: el haber hecho en todo su Stma. Voluntad...” (Vol. 17°, 22.2.1925).

 

ORACIÓN PARA INVOCAR LA VENIDA DEL QUERER DIVINO A REINAR EN LA TIERRA

Desciende, oh QUERER SUPREMO. Yo soy la primera que te llamo: ¡Ven a reinar en la tierra! Tú, que creaste al hombre sólo para que hiciera tu Querer, que él, ingrato, rompió, rebelándose a Ti, ven a vincular nuevamente esta voluntad humana a Ti, a fin de que el Cielo y la tierra y todo quede reordenado en Ti.

Oh Divina Voluntad, Tu eres todo y contienes todo, queremos ser para siempre hijos tuyos, te pedimos perdón por tantos años de vida en la propia voluntad, perdón por el continuo  dolor de no hacerla reinar, fundidas en Tu Santo Querer, queremos repararte por tantos siglos de servidumbre a la voluntad humana y por el dolor agudo de ser la vida de todo y no ser reconocida, perdónanos por haber puesto tanta distancia con el Creador al haber hecho nuestra voluntad degradada. Amen 

 

Esencia de la Vida misma, que te hiciste humilde hasta morir en la Cruz, todo te debemos de cuanto tenemos, solo a Ti queremos dirigirnos, abandonarnos y perdernos para siempre, siendo sencillo y humildes para poseerte por completo. Viviendo en Dios y para Dios siempre. Haz llorado sobre Jerusalén cuando no conoció Tu hora, lloramos también nosotros en el Divino Querer por quienes no reconocen esta hora, suspirando junto contigo por aquellos que te rechazan. Te suplicamos que en todos nosotros exista siempre la pureza de conciencia y la recta intención. Te reconocemos como nuestro Redentor, deseando pensar siempre en Tu honra y Gloria, antes de que nuestra justificación. FIAT

Oh Jesús mío, mi débil naturaleza se pone en actividad, pero es tanta mi incapacidad que no puedo hacer nada; por eso tomo vida y actividad en tu Voluntad; y siendo tu Querer la vida y el movimiento de todas las criaturas, quiero yo por tanto ponerme en actividad en tu Voluntad para ser el pensamiento de todos, para que todos Te comprendan.

Al despertar :

Jesús, mi pensamiento piensa en tu Querer,

Y en alas de mi pensamiento te mando los pensamientos de todas las criaturas.

En alas de mi mirada, hecha en tu Querer, te envío las miradas de todas las criaturas.

En alas de mi voz y de mi lengua, movida en tu Querer, te mando todas las voces de las criaturas.

En alas de mi oración, hecha en tu Voluntad, oh Jesús, quiero mandarte la oración de todos.

En alas de mi trabajo y de mis actos hechos en tu Querer, quiero mandarte los actos de las criaturas y todos sus trabajos.

En alas de mis pasos dados en tu Querer, quiero hacer volar a Tí todos los pasos de las criaturas.

En las alas de mi amor unido a tu infinito amor, hago volar el amor Divino depositado en todas tus criatura.

 

Al trabajar :

Trabajo en tu Voluntad, y Tú, oh Jesús, haz que tus dedos se muevan en los míos, para que trabajando Tú en mí, te des la reparación por aquellos que no divinizan las obras materiales unidos contigo; y cada movimiento mío sea dulce cadena que forme el nudo para atar a Tí a todas las almas.

 

Al comer y beber :

Tomo este alimento en tu Voluntad, y Tú, oh Jesús, ven a tomarlo en mí, como si fuera mía tu Voluntad, y así darte prueba de mi amor.

Bebo, oh Jesús mío, en tu Voluntad, y bebe Tú también en mí, o sumo Bien mío, para apagar la gran sed que tienes de todas las almas; que Tú puedas hallar en mí abundante bebida, para que luego puedas derramar sobre todos el agua de tu Gracia salvadora.

 

Al sufrir :

Sufro en tu Voluntad y mi padecer bese el Tuyo; así quiero, oh Jesús mío, darte la satisfacción de tus mismas penas. Mi humanidad sea la cruz y mi alma unida a tu Voluntad sea el crucifijo viviente, que esté continuamente ante Tí, para darte la satisfacción que Tú mismo diste al Eterno Padre.

 

O Santa, piadosa, amable Voluntad Divina, Te adoro y a Ti quiero unirme, en Tí vivir suspiro.  Tú eres la fuente inefable del Divino Amor y sólo Tú has de ser la ley de mi corazón. Como se unen serenos dos arroyos en un río, dos gotas en una sola, dos llamas en una luz,  quede todo mi ser en ti fundido y así, Jesús,  concédeme de mí constante olvido.

Que en todo se identifique en tu Querer el mío.  Haz que sólo esté pendiente de un gesto tuyo, Señor,  que anhele lo que deseas, que busque sólo tu Amor.

[De "Mi último canto a la Divina Voluntad", de Don Benedetto Calvi, último Confesor de Luisa, 6.6.1965, traducción libre)

 

Abandono en la Voluntad de Dios para poder reparar por todos

Me abandono, oh Jesús, a tu Voluntad; todo lo que estás haciendo Tú quiero hacerlo yo, y como todo lo que Tú hiciste en la tierra fue un continuo acto de reparación, así con mi querer unido al Tuyo quiero reparar todas las ofensas que en este momento te están haciendo las criaturas, de manera que mi voz, haciendo eco en la tuya y en todas las ofensas de las criaturas, corra de un modo divino en todas y, tocando el corazón de las criaturas con la potencia de tu Querer, quiero llevarlas todas a tus brazos.

 

Fusión del alma en la Voluntad de Dios

Jesús, hagamos todo juntos, fundámonos mutuamente en la voluntad, en los deseos y en el amor, para poder fundirme en los deseos, en la voluntad, en el amor de todas las criaturas, para que todas queden renovadas en tu Querer; y luego fundo todas mis pequeñas partículas en las tuyas, para poder fundirme en todas las partículas de las criaturas y darte por todas ese amor, esa gloria y esa satisfacción que todos te niegan; y para confirmarlo te pido, Jesús, tu bendición para mí y para todos.

 

Adoración a Jesús Crucificado

Amor mío, en tu Querer encuentro todas las generaciones, y yo, en nombre de toda la humana familia, te adoro, te beso, te reparo por todos. Tus llagas, tu Sangre, se los doy a todos, para que encuentren su salvación; y si las almas perdidas ya no pueden aprovechar tu Sangre divina ni amarte, la tomo yo para hacer lo que ellas habrían debido hacer. Tu Amor no quiero que quede defraudado en nada por parte de las criaturas; por todos quiero suplir, repararte, amarte, desde el primer hombre hasta el último.

 

Unión con la Voluntad de Dios en Jesús Sacramentado

Jesús mío, Tú por amor mío Te empequeñeces en la Hostia, casi desapareciendo en todo, y yo en este acto, oh Jesús, quiero desaparecer en tu Voluntad, para contenerte por entero en mí, haciendo de mi ser otra hostia, en competición con tu Amor Sacramentado. Y Tú, oh Jesús, destruye todo mi pobre ser en lo que tiene de pecado, para que con tu Querer Te consagres en mí por entero, y yo pueda decirte: “aquí tienes, oh Jesús, mi Hostia”, como Tú lo dices a mí.

En este acto, oh Jesús, me escondo en tu Voluntad, para que encuentres en mí tu Vida Sacramental, y yo pida, haga y tome parte en todo lo que haces Tú, y los velos sacramentales sean la sombra que nos esconde juntos y nos haga inseperado.

 

 Comunión espiritual

¡Oh Jesús, ven a mí; me arrojo en tus brazos! Méteme en tu Corazón, ata mis pensamientos, mis afectos, mis latidos, mis deseos, mi voluntad, de modo que esté siempre unido a Tí y en continua adoración a Tí y en Tí.

 

¡Oh, cómo quisiera dar mi vida para que tu Querer sea conocido! Quisiera elevar mi vuelo en sus interminables confines, para llevarle a cada criatura su beso eterno, su conocimiento, sus bienes y su valor, y tus gemidos inenarrables de querer venir a reinar en la tierra, para que, conociéndote, te reciban con amor y, festejándote, te hagan reinar!

 

¡OH QUERER SANTO!, con tus rayos luminosos deja escapar las flechas de tu conocimiento. Hazles conocer a todos que Tú vienes a nosotros para hacernos felices, pero no con una felicidad humana, sino divina, para darnos el dominio perdido de nosotros mismos, y esa Luz que hace conocer el verdadero Bien para poseerlo y el verdadero mal para huir de él; que nos hace firmes y fuertes, pero con una fortaleza y una estabilidad divinas. 

 

Establece la corriente entre la Voluntad Divina y la humana, y con el pincel de tu mano creadora pinta en nuestras almas esos rasgos divinos que perdimos separándonos de ella. Tu Querer nos pintará dándonos esa frescura que nunca envejece, esa belleza que nunca se decolora, esa luz que nunca se oscurece, esa Gracia que siempre crece, ese Amor que siempre arde y que nunca se apaga.

 

¡OH QUERER SANTO!, ábrete paso, ábrete el camino para hacerte conocer; manifiesta a todos Quién eres Tú y el bien inmenso que quieres hacer a todos, a fin de que atraídos y arrebatados por un bien tan grande, todos puedan hacerse presa de tu Voluntad, y así podrás libremente reinar ASI EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.

 

Jesús mío, esta pobre creatura no puede estar sin venir a Ti, y mientras vengo, yo siento en mí las miserias, las frialdades y debilidades; pero las traigo a Ti para hacerte entrega de ellas, y Tú, oh Jesús mío, mira en las penas de estas miserias el aporte que yo puedo darte. Yo te presento las tinieblas de mi alma, a fin de que me des a cambio tus luces; las frialdades, para que me las cambies por amor; mis debilidades, a fin de que pongas a cambio Tu fuerza. Jesús quiero verter mis penas en Tu Santísima Voluntad, para que se alcen al Cielo y te glorifiquen divinamente. Jesús mío, ábreme el corazón y enciérrame en él para que sienta más Tu vida en la mía. Para Ti es mi palpitar, fusionado en el tuyo, que siempre dice: Te amo, Te amo, Te amo. Jesús mío, para Ti es mi corazón; ven, ábrelo y en el encierra Tu corazón, a fin de que tu corazón reine, domine y mande en mí. Amén.

 

CONSAGRACIÓN A JESÚS, REY DEL UNIVERSO.

Oh Jesús, Rey de reyes, Dios de Bondad, de Amor y de Misericordia, yo adoro, amo, agradezco, glorifico tu Voluntad Santísima emanada de tu Omnipotencia, guiada por tu Sabiduría, acompañada por tu Bondad y tu Amor.
En todo lugar y en todo tiempo, sea en la alegría que en el dolor, tu Santísima Voluntad y tu Divino Amor sean las estrella que me guía, la ley que me gobierne, el aire que respire, el latido de mi corazón, la sustancia y la vida de mi vida. A esta finalidad uno todas mis oraciones y acciones a las tuyas, toda mi vida a la tuya, asimismo a las de la Virgen Santísima, Madre tuya y Madre mía, a las de San José y a las de todos los elegidos que ha habido y habrá, con todo el bien pasado y futuro que es posible en el Cielo y en la tierra.
Yo consagro y dono todo yo mismo, cuanto soy, cuanto tengo, cuanto me pertenece, cuantos me son queridos, mi vida, mi muerte, mi eternidad, todo lo que has creado, a tu Supremo Querer y a tu infinito Amor; y te pido, oh Sabiduría infinita, que me escribas con caracteres indelebles en tu adorable Corazón como hijo amoroso y celoso de tu Divino Querer y de tu puro Amor.
Completo este ofrecimiento y donación en la apetencia del Padre, en la Sabiduría del Hijo, en la Virtud del Espíritu Santo, a nombre mío y a nombre de todas las criaturas, para obtener el advenimiento y expansión de la Divina Voluntad y de tu Divino Amor en la tierra.
Haz, oh mi Señor, que de toda boca y de todo corazón, como de un Sagrado Altar, se eleve continuamente al Cielo la oración que Tú mismo por primero dirigiste al Padre: " Venga tu Reino, hágase tu Voluntad en la tierra como en el Cielo." Amen.

 

                                                                                        

Acto de reparación completo en el Divino Querer.


Dulce Jesús mío, entro en tu Querer y me postro a los pies de la Majestad Suprema, y en nombre de toda la humana familia pasada, presente y futura vengo, en la inmensidad de este Querer Divino en el que todas las generaciones estan en acto como si fueran un punto solo, en nombre de todos vengo a adorarte, a presentar todos los homenajes que, como a nuestro Creador, todos debemos. Vengo a reconocerte, en nombre de todos, como el Creador de todas las cosas, y por todos y por cada cosa creada vengo a amarte, a alabarte a bendecirte, a darte las gracias. En la santidad de tu Querer vengo a sustituir por todos y por cada cosa creada y hasta por las mismas almas perdidas; por todos quiero reparar y por cada ofensa; quiero suplir por todos, amarte por todos y, multiplicándome en tu Santo Querer en cada criatura, quiero absorberlas todas en mí, para darte en nombre de todas, como si fueran una sola, no sólo amor, sino Amor Divino, gloria, reparación, acción de gracias de un modo divino.

                                                                                  


En tu Querer, Amor mío, quiero volar en cada pensamiento de criatura, en cada mirada, en cada palabra, obra y paso; y luego vengo a depositarlos a los pies de tu Trono, como si todos hubieran sido hechos por Tí; y si alguien me los niega, yo sustituiré́ por ellos. En el moverse de mis labios te doy el beso de todas las criaturas, y con mis brazos te doy el abrazo de todos: no hay acto que yo no quiera sustituir. Tú, parece que no estás contento si se me escapa algo de lo que la criatura está obligada a hacer; pero Tú, oh Jesús mío, dulce Vida mía, sella con tu bendición mi reparación y haz que en cada acto que yo haga se repita, se multiplique y esté en continuo acto de volar de la tierra al Cielo, para llevar a tu Trono, en nombre de todos, amor, gloria y reparación divina.

 

                                                                                                  Jesús bendice a su creatura

“Hija mía, antes de mi Pasión quise bendecir a mi Mamá y ser bendecido por Ella.  Pero no fue únicamente a mi Mamá a quien bendije,  sino también a todas las creaturas  animadas e   inanimadas.  Vi a las criaturas débiles, cubiertas de llagas, pobres, mi corazón tuvo un latido de dolor y de tierna compasión y dije: 

 ‘¡Pobre humanidad, cómo estás decaída!   Quiero bendecirte a fin de que resurjas de tu decaimiento; mi bendición imprima en ti el triple sello de la potencia, de la sabiduría y del Amor de las Tres Divinas Personas y te restituya la fuerza, te sane y te enriquezca.

 Y para circundarte de defensas bendigo todas las cosas creadas por Mí, a fin de que las recibas bendecidas por Mí:   te bendigo la luz, el aire, el agua, el fuego, el alimento, a fin de que quedes como abismada y cubierta con mis bendiciones,

Pero como tú no las mereces esta bendición, por eso quise bendecir a mi Mamá, sirviéndome de Ella como canal para hacer  llegar a ti mis bendiciones”.

 Y así como me correspondió mi Mamá con sus bendiciones, así quiero que las criaturas me correspondan con sus bendiciones; pero, ¡ay de Mí!, en vez de correspondencia de bendiciones, me corresponden con ofensas y maldiciones, por eso hija mía, entra en mi Querer, y poniéndote sobre todas las cosas creadas sella todas con las bendiciones que todos me deben, y trae a mi doliente y tierno corazón las bendiciones de todos”.

 Después de haber hecho esto, como para recompensarme me ha dicho:

 “Amada hija mía, te bendigo en modo especial, te bendigo el corazón, la mente, el movimiento, la palabra, el respiro, toda y todo te bendigo”. Vol. 14 Julio 6, 1922

 

Efectos de la bendición de Jesús

¡Oh! si todos pudieran ver esta mi bendición, la sentirían en el agua que beben, en el fuego que los calienta, en el alimento que toman, en el dolor que los aflige, en los gemidos de la oración, en los remordimientos de la culpa, en el abandono de las criaturas, en todo escucharían mi palabra creadora que les dice, pero desafortunadamente no escuchada: 

 “Te bendigo en el nombre del Padre, de Mí, Hijo, y del Espíritu Santo, te bendigo para ayudarte, te bendigo para defenderte, para perdonarte, para consolarte, te bendigo para hacerte santo.” 

Y la criatura haría eco a mis bendiciones, bendiciéndome también ella en todo.

Estos son los efectos de mi bendición, de la cual mi Iglesia, enseñada por Mí, me hace eco, y en casi todas las circunstancias, en la administración de los sacramentos y en otras ocasiones da su bendición”.Vol. 12 Nov. 28 de 1920.

 

La creatura bendice a su Dios.

Después he recibido la santa comunión, y yo según mi costumbre estaba llamando y poniendo a todas las cosas creadas alrededor de Jesús, para que todas le hicieran corona y le dieran la correspondencia del amor y de los homenajes a su Creador.  Todas han corrido a mi llamada, y veía claramente todo el amor de mi Jesús para mí en todas las cosas creadas, y Jesús esperaba con mucha ternura de amor en mi corazón la correspondencia de tanto amor, y yo, sobrevolando sobre todo y abrazando todo, me ponía a los pies de Jesús y le decía:

“Amor mío, mi Jesús, todo lo has creado para mí y me lo has dado, así que todo es mío, y yo te lo doy a Ti para amarte, por eso te digo en cada gota de luz de sol, te amo; en el centelleo de las estrellas, te amo; en cada gota de agua, te amo.  Tu Querer me hace ver hasta en el fondo del océano tu te amo por mí, y yo imprimo mi te amo por Ti en cada pez que se agita en el mar, quiero imprimir mi te amo en el vuelo de cada pájaro, te amo en todas partes amor mío, quiero imprimir mi te amo sobre las alas de viento, en el moverse de las hojas, en cada chispa de fuego, te amo por mí y por todos”.Vol.16 Dic.29, 1923.