Acerca del conocimiento de nosotros mismos.

Imagen de Mariu

(27) “Mira, para hacer que Yo derrame mis gracias en tu corazón, quiero hacerte comprender que por ti nada puedes. Yo me cuido muy bien de aquellas almas que se atribuyen a ellas mismas lo que hacen, queriéndome hacer tantos hurtos de mis gracias. En cambio con aquellas que se conocen a sí mismas, Yo soy generoso en verter a torrentes mis gracias, sabiendo muy bien que nada refieren a ellas mismas, me agradecen y tienen la estima que conviene, viven con continuo temor de que si no me corresponden puedo quitarles lo que les he dado, sabiendo que no es cosa de ellas. Todo lo contrario en los corazones que apestan de soberbia, ni siquiera puedo entrar en su corazón, porque inflado de ellos mismos no hay lugar donde poderme poner; las miserables no toman en cuenta mis gracias y van de caída en caída hasta la ruina. Por eso quiero que en este día hagas continuos actos de humildad, quiero que tú estés como un niño envuelto en pañales, que no puede mover ni un pie para dar un paso, ni una mano para obrar, sino que todo lo espera de la madre, así tú te estarás junto a Mí como un niño, rogándome siempre que te asista, que te ayude, confesándome siempre tu nada, en suma, esperando todo de Mí”(.Vol. 1 S/fecha)

(2) “¿Quién soy Yo, y quién eres tú?”

(3) En estas dos palabras vi dos luces inmensas: En una comprendía a Dios, en la otra veía mi miseria, mi nada. Me veía ser no otra cosa que una sombra, como aquel reflejo que hace el sol al iluminar la tierra, que depende del sol, y que pasando a otros puntos el reflejo termina de existir. Así mi sombra, esto es, mi ser, depende del místico Sol Dios, y que en un simple instante puede deshacer esta sombra. ¿Qué decir además de cómo he deformado esta sombra que el Señor me ha dado, no siendo ni siquiera mía? Da horror pensarlo, maloliente, putrefacta, toda agusanada, y sin embargo en este estado tan horrendo estaba obligada a estar delante de un Dios tan santo, ¡oh, cómo habría estado contenta si me fuera dado esconderme en los más oscuros abismos!

(4) Después de esto Jesús me ha dicho: “El favor más grande que puedo hacer a un alma es el hacerse conocer a sí misma. El conocimiento de sí y el conocimiento de Dios van de la mano, por cuanto te conozcas a ti misma otro tanto conocerás a Dios. El alma que se ha conocido a sí, viendo que por sí misma no puede obrar nada de bien, esta sombra de su ser la transforma en Dios y de esto sucede que en Dios hace todas sus operaciones. Sucede que el alma está en Dios y camina junto a Él, sin mirar, sin investigar, sin hablar, en una palabra, como muerta, porque conociendo a fondo su nada no se atreve a hacer nada por sí misma, sino que ciegamente sigue las operaciones del Verbo”.

(5) A mí me parece que al alma que se conoce a sí misma le sucede como a esas personas que van en un transporte, que mientras pasan de un lugar a otro sin dar un paso por ellas mismas, hacen largos viajes, pero todo esto en virtud del transporte que las lleva. Así el alma, metiéndose en Dios, como las personas en el transporte, hace sublimes vuelos en el camino de la perfección, pero conociendo plenamente que no ella, sino en virtud de aquel Dios bendito que la lleva en Sí mismo. ¡Oh! Cómo el Señor favorece, enriquece, concede las gracias más grandes al alma que sabiendo que no a sí misma, sino todo a Él atribuye. ¡Oh, alma que te conoces a ti misma, como eres afortunada!(Vol.2 del junio 2 de 1899)

 

 PONERSE A MIRAR AL PRÓJIMO, PENSAR Y JUZGARLO ES LA MISMA COSA. ES PRECISO ESTIMAR TODA PALABRA DE JESÚS Y ATESORARLA.

(1) Continua casi siempre lo mismo. Esta mañana, transportándome Jesús según su costumbre fuera de mí misma, hemos pasado en medio de mucha gente, y la mayor parte de ellas estaban atentas a juzgar las acciones de los demás, sin mirar las propias, y mi amado Jesús me ha dicho:

(2) “El medio más seguro para ser recto con el prójimo es no mirar en absoluto lo que hacen, porque mirar, pensar y juzgar es lo mismo, además, mirando al prójimo vienes a defraudar la propia alma, por lo que sucede que no se es recto ni consigo mismo, ni con el prójimo, ni con Dios”.

(3) Después de esto le he dicho: “Mi único Bien, ya hace tiempo que no me has dado ni siquiera un beso”. Y así nos hemos besado. Y queriéndome casi corregir ha agregado:

(4) “Hija mía, lo que te recomiendo es conservar y estimar mis palabras, porque mi palabra es eterna y santa como Yo mismo, y conservándola en tu corazón y aprovechándola, tendrás tu santificación y por ello recibirás en recompensa un esplendor eterno, producido por mi palabra; haciendo de otra manera tu alma recibirá un vacío y quedarás deudora de Mí”.(Vol. 2 del 30 de Julio 1899)

 

Efecto del conocimiento de sí mismo.

(1) Encontrándome muy afligida por la privación de mi sumo y único Bien, después de mucho esperar y esperar, finalmente lo he visto salir llorando de dentro de mi corazón, haciéndome señal con los ojos que le dolía la herida hecha en la circuncisión, y por eso lloraba, y que esperaba de mí que le secara la sangre que corría de la herida y endulzara el dolor del corte. Yo era toda compasión y confusión al mismo tiempo, tanto que no me atrevía a hacerlo, pero atraída por el amor, no sé como me he encontrado un trapo en la mano y he tratado por cuanto he podido de limpiar la sangre al niño Jesús. Mientras esto hacía, me sentía toda llena de pecado, y pensaba que yo era la causa de ese dolor de Jesús. ¡Oh, cómo me daba pena, me sentía absorbida en aquella amargura, y el bendito niño compadeciendo mi miserable estado me ha dicho:

(2) “Por cuanto más el alma se humilla y se conoce a sí misma, tanto más se acerca a la verdad, y encontrándose en la verdad busca dirigirse al camino de las virtudes, del cual se ve muy lejana, y si ve que se encuentra en este camino, pronto descubre lo mucho que le queda por hacer, porque las virtudes no tienen término, son infinitas como soy Yo. Entonces, el alma encontrándose en la verdad, busca siempre perfeccionarse, pero jamás llegará a verse perfecta, y esto le sirve y hará que el alma esté continuamente trabajando, esforzándose para mayormente perfeccionarse, sin perder el tiempo en ociosidades; y Yo, complaciéndome de este trabajo, poco a poco la voy retocando para pintar en ella mi semejanza. He aquí el por qué quise ser circuncidado, para dar un ejemplo de grandísima humildad, que hizo desconcertar a los mismos ángeles del Cielo”.(Vol. 3 de Enero 1 de 1900)

 

ATENCIÓN A REPRIMIR LOS PRIMEROS MOVIMIENTOS DESORDENADOS, DE LO CONTRARIO LAS PASIONES IRRUMPEN Y DOMINAN AL ALMA PRIVÁNDOLA DE LA FORTALEZA DIVINA. 

  VOL. 4 16 ABRIL 1902

hija mia, todo el punto está en reprimir los primeros movimientos, y si el alma está atenta en esto, todo irá bien; pero si no, a los primeros movimientos no reprimidos saldrán fuera las pasiones y romperán la fortaleza divina, dando entrada a todos los vicios.

estate atenta a los primeros movimientos, pensamientos, palabras que no sean rectos y santos, pues una vez escapados los primeros ya no es el alma la que reina, si no que se adueñan  las pasiones, atenta a rodearte de esta divina fortaleza, así no quedarás sola ni un instante.

 

El conocimiento de sí misma, vacía al alma de sí misma y la llena de Dios.

 

"Hija mía, el conocimiento de sí misma vacía al alma de sí misma y la llena de Dios; y no sólo esto, en el alma hay muchos armarios, y todo lo que en el mundo se ve, de acuerdo al concepto que se forma de ello, así, quién más, quién menos, toman su lugar en estos armarios.  Ahora, el alma que se conoce a sí misma y está llena de Dios, conociendo que ella es nada, más bien se sabe un vaso frágil, putrefacto, fétido, se cuida bien de hacer entrar en su interior otras podredumbres fétidas, como son las cosas que se ven en el mundo.  Sería un loco aquél que teniendo una llaga putrefacta va juntando más podredumbre para ponerla sobre su llaga; conocerse a sí misma lleva consigo el conocimiento de las cosas del mundo, por eso, como todo es vanidad, fugacidad, bienes sólo disfrazados, engaños, inconstancia de criatura, entonces conociendo cuáles son las cosas en sí mismas, se cuida bien de hacerlas entrar en sí misma, y todos aquellos armarios quedan llenos de las virtudes de Dios." (VOL. 6-135 DE OCT.12 1905)

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