AMOR DIVINO

Imagen de Mariu

 Eterno Padre, me fundo en Tu Santísimo Querer  para amarte en cada suspiro de amor, con el que esperas a tus hijos en su regreso a tu regazo. 

"DE REGRESO A CASA EN LA DIVINA VOLUNTAD".

 

Jesús habla de su gran amor por las criaturas.

 Mi dulcísimo Jesús continúa manifestándose casi siempre igual. Esta mañana ha agregado:

 “Hija mía, es tanto el amor hacia las criaturas, que como un eco resuena en las regiones celestiales, llena la atmósfera y se difunde sobre toda la tierra. ¿Pero cuál es la correspondencia que dan las criaturas a este eco amoroso? ¡Ay! me corresponden con un eco de ingratitud, venenoso, lleno de todo tipo de amarguras y de pecados, con un eco casi asesino, apto sólo para herirme. Pero yo despoblaré la faz de la tierra, a fin de que este eco lleno de veneno no aturda más mis oídos”.

 Y yo: “¡Ah! Señor, ¿qué dices?”

 Y Jesús: “Yo no hago más que como un médico piadoso, que tiene los remedios extremos para sus hijos, y estos hijos están llenos de llagas, ¿qué hace este padre y médico que ama a sus hijos más que la propia vida? ¿Dejará que se gangrenen estas llagas? ¿Los dejará morir por temor de que aplicando el fuego y los instrumentos ellos sufran? ¡No, jamás! Aunque sentirá como si sobre él se aplicaran tales instrumentos, con todo y esto tomará los instrumentos, desgarra y corta las carnes, aplica el remedio, el fuego, para impedir que la corrupción avance más. Si bien muchas veces sucede que en estas operaciones los pobres hijos se mueren, pero no era esta la voluntad del padre médico, sino que su voluntad es verlos curados. Así soy Yo, hiero para curarlos, los destruyo para resucitarlos. Que muchos perezcan, no es esa mi Voluntad, esto es efecto de su malvada y obstinada voluntad, es efecto de este eco venenoso que, hasta no verse destruidos, quieren enviármelo”.

 Y yo: “Dime, mi único Bien, ¿cómo podría endulzarte este eco venenoso que tanto te aflige?”

 Y Él: “El único medio es que tú hagas siempre todas tu obras con la sola finalidad de agradarme y que uses todos tus sentidos y potencias con la finalidad de amarme y glorificarme. Haz que cada pensamiento tuyo, palabra y todo lo demás, no quiera otra cosa que el amor que tienes hacia Mí, así tu eco subirá agradable a mi trono y endulzará mi oído”.Vol.2 del 25 de Oct. 1899.

 

El amor para ser perfecto debe ser triple. 

 Esta mañana, habiendo recibido la santa comunión, por un poco he visto a mi adorable Jesús, y yo, en cuanto lo vi le dije: “Dulce Bien mío, dime, ¿continúas amándome?”

 Y Él: “Sí, pero soy amante y celoso, celoso y amante, más bien te digo que para ser perfecto el amor debe ser triple, y en Mí hay esta triple condición de amor: Primero, te amo como Creador, como Redentor y como Amante. Segundo, te amo en mi omnipotencia, que me sirvió para crearte y crear todo por amor tuyo, de modo que el aire, el agua, el fuego y todo lo demás te dicen que te amo y que por amor tuyo los hice; te amo como mi imagen, y te amo por ti misma. Tercero, te amo ab eterno, te amo en el tiempo y te amo por toda la eternidad. Y esto no es otra cosa que un aliento que ha salido fuera de mi amor; imagina tú qué será aquel amor que contengo en Mí mismo.

 Ahora, tú estás obligada a corresponderme este triple amor, amándome como tu Dios, en el cual te debes fijar toda tú, y no hacer salir nada de ti que no sea amor por Mí, amándome por cuenta tuya y por el bien que a ti te viene, y amarme por todos y en todos”.

 Después de esto me ha transportado fuera de mí misma y me he encontrado en medio de muchas personas que decían: “Si se confirma esta ley, pobre mujer, todo le será para mal”. Y todos esperaban con ansia oír el pro o el contra, y se veía en otro lugar apartado que estaban muchas personas discutiendo entre ellas, y uno de estos tomaba la palabra y los hacía callar a todos, y después de haber fatigado mucho ha salido a la puerta y ha dicho: Ciertamente sí, en favor de la mujer. Al oír esto, todos los de afuera hacían fiesta, y los de adentro quedaban todos confundidos, tanto que ni siquiera tenían valor de salir.

 Creo que sea esta ley del divorcio que dicen, y yo comprendía que no la confirmaron. Vol. 4 de Enero 11 de 1902.

 

El Amor no es un atributo de Dios, sino su misma Naturaleza.

El alma que verdaderamente ama a Jesús no puede perderse.

 Encontrándome en mi habitual estado, mi adorable Jesús me ha transportado fuera de mí misma y me ha dicho:

 “Hija mía, todas las virtudes puede decirse que son mis dotes y mis atributos, pero el amor no puede decirse que sea un atributo mío, sino mi misma naturaleza. Por eso todas las virtudes forman mi trono y mis cualidades, pero el amor me forma a Mí mismo”.

 Al oír esto me he acordado que el día anterior había dicho a una persona que temía por la inseguridad de la salvación, que quien verdaderamente ama a Jesucristo puede estar seguro de salvarse; yo para mí considero imposible que Nuestro Señor aleje de Sí a un alma que de todo corazón lo ama, por eso pensemos en amarlo y tendremos en nuestro propio puño nuestra salvación. Entonces he preguntado al amante Jesús si había dicho mal, y Él ha agregado:

 “Amada mía, con razón tú dijiste esto, porque el amor tiene esto de propio, el formar de dos objetos uno solo, de dos voluntades una sola; así que el alma que me ama forma Conmigo una sola cosa, una sola voluntad, entonces, ¿cómo puede separarse de Mí? Mucho más que siendo mi naturaleza amor, donde encuentra alguna chispa de amor en la naturaleza humana, enseguida la une al amor eterno. Entonces, así como es imposible formar de un alma, dos almas, de un cuerpo, dos cuerpos, así es imposible que se pierda quien verdaderamente me ama”. Junio 15 de 1902 Vol. 4

 

El principio del mal en el hombre. Diferencia entre el amor

de Jesús y el amor humano. Para entrar en el Cielo,

el alma debe estar toda transformada en Jesús.

 Después de varios días de privación, esta mañana se ha dignado venir transportándome fuera de mí misma. Ahora, encontrándome ante Jesús bendito, veía mucha gente, y los males de la generación presente. Mi adorable Jesús los miraba con compasión y dirigiéndose a mí me ha dicho:

 “Hija mía, ¿quieres saber de dónde comenzó el mal en el hombre? El principio es que el hombre en cuanto se conoce a sí mismo, o sea, empieza a adquirir el uso de la razón, se dice a sí mismo: “Yo soy algo”, y creyéndose alguna cosa, se separa de Mí, no se fía de Mí que soy el Todo, y toda la confianza y fuerza la toma de él mismo, y de esto sucede que pierde hasta todo buen principio, y perdiendo el buen principio, ¿cuál será su fin? Imagínalo tú misma hija mía.

 Después, separándose de Mí que contengo todo bien, ¿qué puede esperar de bien el hombre, siendo él un océano de mal? Sin Mí todo es corrupción, miseria y sin ninguna sombra de verdadero bien, y esta es la sociedad presente”.

 Yo al oír esto sentía tal aflicción que no sabía expresarla, pero Jesús queriéndome consolar me ha transportado a otra parte, y yo encontrándome sola con mi amado Jesús le he dicho: “Dime, ¿me amas?”

 Y Él: “Sí”.

 Y yo: “No estoy contenta con el sí sólo, quisiera que me explicaras mejor cuánto me amas”.

 Y Él: “Es tanto mi amor por ti, que no sólo no tiene principio, sino que no tendrá fin, y en estas dos palabras puedes comprender cuán grande, fuerte y constante es mi amor por ti”.

 He considerado todo esto por un poco de tiempo, y veía un abismo de distancia entre mi amor y el suyo, y toda confundida he dicho: “Señor, ¡qué diferencia entre mi amor y el tuyo! El mío no sólo tiene principio, sino que en el pasado veo vacíos en mi alma de no haberte amado”.

 Y Jesús compadeciéndome toda me ha dicho:

 “Amada mía, no puede haber igualdad entre el amor del Creador y el de la criatura; sin embargo hoy te quiero decir una cosa que te será de consolación y que no has entendido: Debes saber que cada alma durante todo el curso de su vida está obligada a amarme constantemente, sin ningún intervalo, y no amándome siempre, quedan en el alma tantos vacíos por cuantos días, horas, minutos ha dejado de amarme, y nadie podrá entrar al Cielo si no ha llenado estos vacíos, y sólo podrá llenarlos, o amándome doblemente el resto de su vida, o si no alcanza los llenará a fuerza de fuego en el purgatorio. Ahora, tú cuando estás privada de Mí, la privación del objeto amado hace duplicar el amor, y con esto vienes a llenar los vacíos que hay en tu alma”.

 Después de esto le he dicho: “Dulce Bien mío, déjame ir junto contigo al Cielo, y si no quieres para siempre, al menos por un poco, ¡ah, te lo pido, conténtame!” Y Él me ha dicho:

 “¿No sabes tú que para entrar en esa bienaventurada morada el alma debe estar toda transformada en Mí, de manera que debe aparecer como otro Cristo? De otra manera, ¿qué papel harías en medio de los demás bienaventurados? Tú misma tendrías vergüenza de estar junto con ellos”.

 Y yo: “Es verdad que soy muy desemejante de Ti, pero si quieres puedes volverme tal”. Entonces para contentarme me encerró toda en Él, de modo que no me veía más a mí misma, sino a Jesucristo, y en este modo nos elevamos hacia el Cielo; llegados a un punto nos hemos encontrado ante una luz indescriptible, delante a aquella luz se experimentaba nueva vida, alegría insólita, jamás sentida, ¡cómo me sentía feliz! más bien me parecía encontrarme en la plenitud de toda la felicidad. Ahora, mientras nos adentramos en esa luz, yo sentía temor, hubiera querido alabarlo, agradecerlo, pero no sabiendo qué decir, he recitado tres Gloria Patri, y Jesús respondía junto conmigo; pero apenas terminadas, como relámpago me he encontrado en la mísera prisión de mi cuerpo. Ah Señor, ¿cómo es que tan poco ha durado mi felicidad? Parece que es demasiado duro el barro de mi cuerpo, pues se necesita mucho para romperse, e impide a mi alma marcharse de esta miserable tierra. Pero espero que algún golpe impetuoso lo quiera no sólo romper, sino pulverizar, y entonces, no teniendo ya casa donde podernos estar aquí, tengas compasión de mí y me acojas para siempre en la celestial morada.  Vol. 4  Julio 16, 1901 

 

La criatura no es otra cosa que un pequeño recipiente

lleno de dosis de todas las partículas divinas.

 Encontrándome en mi habitual estado, en cuanto ha venido me ha dicho:

 

 “Hija amada mía, me es tan querida la criatura y la amo tanto, que si la criatura lo comprendiera le estallaría el corazón de amor, y esto es tan cierto, que al crearla no la hice otra cosa que un pequeño recipiente lleno de partículas de los atributos divinos, de modo que de todo mi Ser, atributos, virtudes, perfecciones, el alma contiene muchas pequeñas partículas de todo ello, según la capacidad dada por Mí, y esto a fin de que pudiera encontrar en ella otros tantos pequeños distintivos correspondientes a mis atributos y así poder deleitarme y juguetear perfectamente con ella.  Ahora, este pequeño recipiente lleno de lo divino, cuando el alma se ocupa de las cosas materiales y las hace entrar en ella, hecha afuera alguna cosa de lo divino y toma su lugar alguna cosa material; qué afrenta recibe la Divinidad y qué daño el alma; pero si por necesidad se ocupa de las cosas materiales, ¡cuánta atención se requiere para no hacerlas entrar!  Tú, hija, está atenta, de otra manera, si veo en ti alguna cosa que no sea divina, Yo no me haré ver más”.Vol. 6 del 15 de Junio de 1904

 

 

Todo debe ser sellado por el amor.

 Encontrándome en mi habitual estado, mi adorable Jesús ha salido de mi interior, y teniéndome levantada la cabeza, que por lo prolongado del tiempo que lo he esperado estaba muy cansada, me ha dicho:

 “Hija mía, a quien verdaderamente me ama, todo lo que le sucede, interior y exterior, devora todo en una sola cosa, en la Voluntad Divina.  De todas las cosas ninguna le parece extraña, mirándolas como un producto de Divina Voluntad, por eso en Ella todo consume, su centro, su mira, es única y solamente la Voluntad de Dios; así que en Ella siempre gira como dentro de un anillo, sin encontrar jamás el camino para salirse, haciendo de Ella su alimento continuo”.

 Dicho esto ha desaparecido, y después habiendo regresado ha agregado:

 “Hija, haz que todo te sea sellado por el amor, así que si piensas, debes sólo pensar en el amor, si hablas, si obras, si lates, si deseas; incluso un solo deseo que salga de ti que no sea amor, restríngelo en ti misma y conviértelo en amor, y después dale la libertad de salir”.

 

 Y mientras esto decía, parecía que con su mano tocaba toda mi persona, poniendo tantos sellos de amor. Vol. 6 del 27 de Julio de 1904.

 

 La criatura está hecha sólo de amor.

 

 Regresando mi todo y siempre amable Jesús, me ha dicho:

 “Hija mía, Yo soy Amor, e hice a las criaturas todo amor: los nervios, los huesos, las carnes, son tejidos de amor; y después de haberlas tejido de amor hice correr en todas sus partículas, como cubriéndolas con un vestido, la sangre, para darles vida de amor, así que la criatura no es otra cosa que un complejo de amor, y no se mueve por ninguna otra cosa sino sólo por amor; a lo más puede haber diversidad de amores, pero siempre por amor se mueve, puede haber amor divino, amor de sí misma, amor de criaturas, amor perverso, pero siempre amor, no pude hacer de otra manera porque su vida es amor, creada por el Amor Eterno, por lo tanto, llevada por una fuerza irresistible al amor, así que la criatura, aún en el mal, en el pecado, en el fondo debe tener un amor que la empuja a hacer ese mal. ¡Ah, hija mía! ¿Cuál no será mi dolor al ver en las criaturas la propiedad de mi Amor que he puesto en ellas, profanado, contaminado en otro uso? Yo, para custodiar este amor salido de Mí y dado a las criaturas, me estoy en torno a ellas como un pobre mendigo, y conforme la criatura se mueve, late, respira, obra, habla, camina, le voy mendigando todo, y le pido, le suplico y le ruego que me dé todo a Mí diciéndole: “Hija, no te pido sino lo que te he dado, es por tu bien, no me robes lo que es mío: El respiro es mío, respira sólo para Mí; el latido, el movimiento son míos, late y muévete sólo por Mí, y así de todo lo demás”. Pero con sumo dolor soy obligado a ver que el latido toma un camino, el respiro otro camino, y Yo, el pobre mendigo, me quedo en ayunas, mientras que el amor de sí misma, de las criaturas, de las mismas pasiones, quedan saciados; ¿puede haber injusticia mayor que ésta? Hija mía, quiero desahogar contigo mi Amor y mi dolor, pues sólo quien me ama me puede compadecer”.Vol. 11 de Febrero 26 de 1912.

 

El amor vuelve feliz a Jesús. Luisa, el Paraíso de Jesús en la tierra.

 

 Continuando mi habitual estado, he pasado cerca de seis días inmersa en el amor de mi bendito Jesús, tanto, que a veces sentía que no podía más y le decía: “Basta, basta porque no puedo más”. Me sentía como dentro de un baño de amor que me penetraba hasta la medula de los huesos, ahora me hablaba Jesús de amor y de cuánto me amaba, y ahora le hablaba yo de amor. Lo bello era que a veces Jesús no se dejaba ver, y yo nadando en este baño de amor sentía rompérseme el cerco de la pobre naturaleza, y me lamentaba con Jesús, y Él me susurraba al oído:

 “El Amor soy Yo, y si tú sientes el amor, cierto es que estoy contigo”.

 Otras veces, lamentándome, me decía al oído, pero todo de improviso:

 “Luisa, tú eres mi paraíso en la tierra, y tu amor me vuelve feliz”.

 Y yo: “Jesús, mi amor, ¿qué dices? ¿Quieres burlarte de mí? Tú eres feliz por Ti mismo, ¿por qué dices que eres feliz por mí?”

 Y Él: “Escúchame bien hija mía y comprenderás lo que Yo te digo. No hay cosa creada que no tenga vida de mi corazón, todas las criaturas son como tantas cuerdas que salen de mi corazón y que tienen vida de Mí, por eso por necesidad y naturalmente todo lo que hacen repercute en mi corazón, aunque sea un solo movimiento; por consecuencia, si hacen mal, si no me aman, me dan continua molestia, aquella cuerda hace sonar en mi corazón sonidos de disgustos, de amarguras, de pecados y forma sonidos lúgubres que me vuelven infeliz por parte de aquella cuerda o vida que sale de Mí; en cambio si me ama y está toda atenta a contentarme, aquella cuerda me da continuo placer y forma sonidos festivos, dulces, que armonizan con mi misma Vida, y por parte de aquella cuerda Yo gozo tanto, hasta volverme feliz y gozar por causa suya mi mismo paraíso. Si comprendes bien todo esto, no dirás más que me burlo de ti”.

 Y ahora digo lo que decía yo de amor y lo que decía Jesús, lo diré disparatando y quizá revuelto, porque la mente no se adapta del todo a las palabras:

 “¡Oh! mi Jesús, amor eres Tú, eres todo amor, y amor yo quiero, amor deseo, amor suspiro, amor yo suplico y te ruego amor, amor me invita, el amor me es vida, amor me rapta el corazón hasta el seno de mi Señor. De amor me embriaga, de amor me hace feliz. ¡Yo sola, sola y sólo para Ti! ¡Tú solo, y sólo para mí! Ahora que estamos solos hablemos de amor, ¡ah! hazme entender cuánto me amas, porque sólo en tu corazón, amor se comprende!”

“De amor quieres tú que te hable? Escucha hija amada mía mi vida de amor: Si respiro te amo; si me late el corazón, mi latido te dice amor, amor, son locuras de amor por ti; si me muevo, amor te agrego, de amor te inundo, de amor te circundo, de amor te acaricio, de amor te flecho, de amor te saeteo, de amor te atraigo, de amor te alimento y agudos dardos te mando al corazón”.

 “Basta ¡oh! mi Jesús por ahora, ya me siento desfallecer de amor, sostenme entre tus brazos, enciérrame en tu corazón y desde dentro de él hazme desahogar también a mí de amor, de otra manera muero de amor, de amor deliro, de amor me quemo, de amor hago fiesta, de amor languidezco, de amor me consumo, el amor me mata y me hace resurgir más bella a una vida nueva. Mi vida me huye y siento sólo la vida de Jesús, mi amor, y en Jesús mi amor me siento inmensa y amo a todos, me llaga de amor, me enferma de amor, de amor me embellece y me hace más rica aún. Decir más no sé, ¡oh! Amor, sólo Tú me entiendes, Tú solo me comprendes, mi silencio te dice más todavía, en tu bello corazón se dice más con el callar que con el hablar, y amando se aprende a amar. Amor, Amor, habla sólo Tú, porque siendo amor sabes hablar de amor”.

 “¿Amor tú quieres oír? Todo lo creado te dice amor: Si brillan las estrellas amor te dicen; si nace el sol, amor te manda; si resplandece de toda su luz en su pleno mediodía, dardos de amor te manda al corazón; si el sol se pone te dice: “Jesús muere por ti de amor”. En los truenos y relámpagos amor te mando y toques de besos te doy al corazón; sobre las alas de los vientos es amor que corre; si murmuran las aguas te extiendo los brazos; si se mueven las hojas, te estrecho al corazón; si perfuma la flor, te recreo de amor. Todo lo creado en mudo lenguaje te dice al corazón: Sólo de ti quiero vida de amor. Amor Yo quiero, amor deseo, amor mendigo desde dentro del corazón, sólo estoy contento si me das amor”.

 “Mi bien, mi todo, amor insaciable, si quieres amor, amor dame; si me quieres feliz, amor me dices; si me quieres contenta, amor me entregas. Amor me inviste, amor me eleva, me lleva al trono de mi Creador; el amor me señala la sabiduría increada y me conduce al eterno amor y ahí yo hago mi morada.

 Vida de amor viviré en tu corazón, te amaré por todos, te amaré con todos, te amaré en todos. Jesús, séllame toda de amor dentro de tu corazón, ábreme las venas y en vez de sangre haz correr amor; quítame el respiro y haz que respire aire de amor; quémame los huesos y las carnes y téjeme toda, toda de amor. El amor me transforme, el amor me conforme, el amor me enseñe a sufrir Contigo, el amor me crucifique y me vuelva toda similar a Ti”.Vol. 10 del 8 de febrero de 1911.

 

Amor de Dios al crear a la criatura. Cada sentido

es una comunicación entre el alma y Dios.

 

(1) Me sentía muy oprimida por la privación de mi dulce Jesús.  ¡Oh! cuántos temores se suscitaban en mi alma, pero el que más me desgarraba era que mi Jesús no me amara como antes.  Después, mientras estaba en esto me he sentido tomar por los hombros, y oyendo la voz de Jesús en mi oído me decía:

(2) “Hija mía, ¿por qué temes que no te ame?  ¡Ah! si sólo conocieras mi amor en general por todas las criaturas, quedarías sorprendida.  ¿Con cuánto amor no creé a la criatura?  ¿Con cuántos sentidos no la doté?  Cada sentido era una comunicación que dejé entre Yo y ella, el pensamiento era comunicación entre mi inteligencia y la suya, el ojo era comunicación entre mi luz y la suya, la palabra era medio de comunicación entre mi Fiat y el suyo, el corazón entre mi amor y el suyo, en suma, todo, el respiro, el movimiento, el paso, todo, todo era comunicación entre Yo y la criatura.  Yo hacía más que un padre que debiendo hacer salir de viaje a un hijo, no sólo le prepara el alojamiento, los vestidos, el alimento y todo lo que puede hacer feliz a su hijo, sino que da virtud al hijo y le dice:  ‘Nos separaremos, es verdad, pero desde lejos tú sentirás mi vida y yo la tuya, tú sentirás mi pensamiento y yo el tuyo, tú mi respiro, mi latido, y yo los tuyos, así que estaremos lejos y cerca, separados e inseparables, tú sentirás mi vida y yo la tuya’.  Pero esto que no lo puede hacer un padre terreno por su hijo, porque le es imposible, lo hice Yo, Padre Celestial, que mientras hacía salir a la luz a este mi hijo, después de haberle preparado Yo mismo la habitación de este mundo, ponía entre él y Yo tal unión, que Yo debía sentir su vida en Mí, y la criatura la mía, y este es mi amor en general y por todos; ¿qué decirte además de mi amor especial que he tenido por ti?  Cada sufrimiento que te he enviado ha sido una comunicación de más entre tú y Yo, y por lo tanto un adorno de más con el cual embellecía tu alma; cada verdad que te manifestaba era una partícula de mis cualidades, con las cuales embellecía y llenaba tu alma; cada gracia y cada venida mía a ti eran dones que hacía llover sobre ti; no he hecho otra cosa que multiplicar mis comunicaciones casi a cada instante para plasmar en ti las diversas bellezas mías, mi semejanza, a fin de que tú vivas Conmigo en el Cielo y Yo viva contigo en la tierra, ¿y después de todo esto dudas de mi amor?  Más bien te digo:  Piensa en amarme y Yo pensaré siempre más en amarte”. Vol. 17 de Oct. 11 de 1924

 

+  +  +  +

 

Con cuánto amor Dios crea las almas, como

las hace crecer, como las cuida y se da todo a ellas.

 Estaba pensando con cuanto amor nos ama Jesús, mi mente se perdía en el amor eterno, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me hacía ver en mi mente una aureola de luz; dentro de aquella aureola había un Sol, y este Sol contenía tantos rayos por cuantas criaturas existían, cada una de las cuales tenía un rayo todo para sí, que le daba vida, luz, calor, fuerza, crecimiento, todo lo que era necesario para formar una vida.  Era deleitable ver como cada criatura estaba unida a cada rayo de este Sol, del cual había salido, como un sarmiento a la vid.  Y mi amable Jesús, mientras mi mente se perdía en esto, me ha dicho:

 “Hija mía, mira con cuánto amor amo a la criatura, ella, antes de salir a la luz del día de este mundo ya estaba en mi seno, y al hacerla salir fuera no la dejé, un rayo de luz que contiene mi Vida la sigue para suministrarle todo lo que es necesario para desarrollar esta Vida y, ¡con cuánto cuidado la hago crecer!  ¡Con cuánto amor la riego!  Yo mismo me hago luz, calor, alimento, defensa, y cuando termina sus días en el tiempo, sobre el camino del mismo rayo la retiro en mi seno para hacerla espaciarse en la patria celestial.

Mi amor se hace para la criatura más que el sol que formé en el cielo azul, mas bien, el sol que creé para beneficio de la naturaleza humana no es otra cosa que la sombra de mi verdadero Sol, porque el sol de la atmósfera no forma las plantas, ni les da el agua para que no se sequen, ni da todas las ayudas que son necesarias para que las plantas crezcan bellas y fuertes, y los hombres, aun los ciegos, puedan gozar de su luz, hace sólo su oficio de iluminar y calentar y sigue adelante, y si las plantas no son regadas no tiene nada que hacer para comunicarles sus efectos, mas bien las seca de más. 

En cambio Yo que soy el verdadero Sol de las almas, no las dejo ni de noche ni de día, Yo mismo formo las almas, les doy el agua de mi gracia para no dejarlas secar, las nutro con la luz de mis verdades, las fortifico con mis ejemplos, les doy el viento de mis caricias para purificarlas, el rocío de mis carismas para embellecerlas, las flechas de mi amor para calentarlas, en suma, no hay cosa que no haga por ellas; Yo soy todo para ellas y pongo a disposición de cada una toda mi Vida para su bien, pero cuánta ingratitud de parte de las criaturas, parece que están unidas como sarmientos a mi vid, no por amor sino por fuerza, porque no pueden prescindir de Mí y por eso crecen como sarmientos, que no recibiendo todos los humores buenos que contiene la vid, crecen débiles, sin formar jamás uvas maduras, sino acerbas, que amargan mi gusto divino.  ¡Ah! si todos supieran cómo amo sus almas, todos quedarían arrebatados por el atractivo y la fuerza de mi amor y me amarían de más, por eso ámame tú y tu amor se agrande tanto que me ames por todos”. VOL. 17 de Oct. 17 de 1924.

 

Comentario de Roberto Tarasso Julio 25 del 2012.

Eterno Padre, nos fundimos en Tu Santísimo Querer  para amarte en cada suspiro de amor, con el que esperas a tus hijos su regreso, nos contentamos en cada regreso y nos estrechamos en el dolor de las pérdidas, renueva Espíritu de Amor las fiestas continuas del Reino de la Divina Voluntad, queremos ser las repetidoras de Tu obras, eco de Tu Palabra y amor de Tu Amor. Fiat

 

¿Qué cosa es el sacrificio? Es el desvivirse uno en el amor y en el ser de la persona amada, y por cuanto más uno se sacrifica, tanto más queda consumado en el ser amado, perdiendo su ser y retomando todos los lineamientos y nobleza del Ser Divino.

 

Así que el amor ennoblece y une y forma una sola cosa; el sacrificio es la leña para engrandecer el fuego del amor, y la obediencia lo ordena todo”. 

 Comentario de Roberto Torasso el julio 25, 2012 a las 4:41pm

Así que el verdadero amor es salud y santidad, y en él se respira un aire balsámico, perfumado, cual es el respiro y la vida del mismo amor, pero donde este amor queda más ennoblecido, más consolidado, más confirmado y más acrecentado, es en el sacrificio, así que el amor es la llama, el sacrificio la leña; entonces donde hay más leña, más altas son las llamas, y el fuego es siempre mayor.

 Comentario de Roberto Torasso el julio 25, 2012 a las 4:39pm

Lo que es mío es tuyo, éste es el lenguaje de dos seres que en verdad se aman, porque el verdadero amor es transformación; por lo tanto, la belleza de uno quita la fealdad del otro y lo vuelve bello; si es pobre lo vuelve rico; si es ignorante lo vuelve docto; si es innoble lo vuelve noble; uno es el latido, uno el respiro, una la voluntad en dos seres que se aman, y si algún otro latido o respiro quisiera entrar en ellos, se sienten sofocados, agitados y lacerados, y quedan enfermos.

 Comentario de Roberto Torasso el julio 3, 2012 a las 8:58pm

“Hija mía, te amo, te amo, y tú dime que me amas para poder apoyar mi gran te amo sobre tu pequeño te amo, y Yo, lanzándolo en la inmensidad de mi Fiat te hago amar por todos y por todo, y tú me amas por todos y por todo.  Soy la inmensidad y me agrada dar y recibir de las criaturas mi amor inmenso, porque doy y recibo las armonías, las múltiples notas, las dulzuras, los sonidos encantadores y raptores que hay en mi amor.  Cuando mi Voluntad ama, el cielo, el sol, la Creación toda, los ángeles, los santos, todos aman junto Conmigo, y se ponen atentos para esperar el te amo de aquél a quien ha sido dirigido su te amo, y por eso sobre las alas de mi Querer envío a todos tu te amo, como para pagarles el que todos te hayan amado junto Conmigo.  Si se ama es porque se quiere ser amado, no ser correspondido en el amor es la pena más dura que hace dar en delirio, es el clavo más traspasante, que sólo puede ser quitado por la medicina, el bálsamo del amor correspondido”. 9 de agosto de 1937

 

 

 

 

 Comentario de Mariu el junio 30, 2012 a las 10:19pm

Eliminar comentario

6-33 .- Abril 14, 1904

 

 

 

Si el alma da a Dios el alimento del amor

 

paciente, Dios dará el pan dulce de la Gracia.

 

 

 

(1) Continuando mi habitual estado, pero siempre con inmensa amargura en mi alma por la privación del bendito Jesús, y que a lo más viene cuando ya no puedo más, y después de que casi estoy persuadida de que no vendrá más.  Entonces, cuando apenas lo he visto llevando un cáliz en la mano me ha dicho:

 

(2) “Hija mía, si además del alimento del amor me das el pan de tu paciencia, porque el amor paciente y sufriente es alimento más sólido, más sustancioso y tonificante, porque si el amor no es paciente se puede decir que es amor vacío, ligero y sin ninguna sustancia, así que se puede decir que faltan las materias necesarias para formar el pan de la paciencia.  Por eso si tú me das este pan, Yo te daré el pan dulce de la gracia”.

Editar 

 Comentario de Mariu el junio 30, 2012 a las 9:54pm

Eliminar comentario

6-14

 

Diciembre 24, 1903

 

  EL AMOR DIVINO HIZO ENCARNAR A JESÚS. EN MARÍA LO HIZO NACER Y EN LAS ALMAS QUE LO AMAN LO HACE RENACER.

 

(1) Esta mañana, encontrándome en mi habitual estado ha venido el niño Jesús, y yo viéndolo muy pequeño, como si acabara de nacer, le he dicho:  “Querido mío, ¿cuál fue la causa, quién te hizo venir del Cielo y nacer tan pequeño en el mundo?”

 

(2) Y Él:  “El amor fue la causa, y no sólo esto, sino que mi nacimiento en el tiempo fue el desahogo de amor de la Santísima Trinidad hacia las criaturas.  En un desahogo de amor de mi Madre nací de su seno, y en un desahogo de amor renazco en las almas.  Pero este desahogo es formado por el deseo, en cuanto el alma comienza a desearme, Yo quedo ya concebido, cuanto más se adentra en el deseo, así me voy agrandando en el ama, cuando este deseo llena todo el interior y llega a desbordar fuera, entonces renazco en todo el hombre, esto es, en la mente, en la boca, en las obras y en los pasos.

 

Editar 

 Comentario de Mariu el junio 30, 2012 a las 9:45pm

Eliminar comentario

6-1Noviembre 1, 1903

 

Cuando el alma hace todas sus acciones por el

 

único fin de amar a Jesús, camina siempre de

 

día, para ella jamás es noche.

 

(1) Continuando mi habitual estado, me he encontrado fuera de mí misma, y me veía como un pequeño vaporcito, y yo quedaba toda maravillada al verme reducida en esa forma.  Mientras estaba en esto ha venido mi adorable Jesús y me ha dicho:

 

(2) “Hija mía, la vida del hombre es vapor, y así como al vapor es sólo el fuego el que lo hace caminar, y a medida de que el fuego sea vivo y mucho, así corre más veloz, y si es poco camina a paso lento, y si está apagado queda detenido; así el alma, si el fuego del amor de Dios es mucho, se puede decir que vuela sobre todas las cosas de la tierra, y siempre corre y vuela a su centro que es Dios; ahora, si es poco se puede decir que camina con dificultad, arrastrándose y enfangándose de todo lo que es tierra; si está apagado queda detenida, sin vida de Dios en ella, como muerta a todo lo que es divino.   Hija mía, cuando el alma en todas sus acciones no las hace por otra cosa más que con el único fin de amarme, y ninguna otra recompensa quiere de su obrar más que mi amor, camina siempre de día, jamás para ella es noche, más bien camina en el mismo sol, que casi como vapor la circunda para hacerla caminar en él, haciéndole gozar toda la plenitud de la luz, y no sólo eso, sino que sus mismas acciones le sirven de luz para su camino y le agregan siempre nueva luz”.

Etiqueta: