Aunque nuestro compañero inseparable a lo largo de toda la vida es el dolor, poco nos hemos familiarizado con el, a continuación vamos a ir descubriendo como atraves de él, podemos llegar a asemejarnos más con Jesús transformándolo en amor, siempre y cuando seamos capaces de adentrarnos en los sentimientos más íntimos de su amoroso corazón.
El conocimiento que Luisa nos presenta sobre este tema, da mucha luz para comprender esta paradoja.