“Hija mía, mira los prodigios de la criatura obrante en mi Voluntad, en cuanto entra en mi Querer y piensa, reza, obra, así se eleva conmigo, y así como Yo soy voz sin palabra y por eso mi voz se forma y llega a cada corazón según sus propias necesidades, y en tan diversas lenguas y modos que hay en las criaturas, de modo que todos me pueden comprender; soy obra sin manos, y por eso soy obra de cada uno; soy paso sin pies, de manera que a todas partes llego y me encuentro en acto; así el alma obrando en mi Querer llega a ser voz sin palabra, obra sin manos, paso sin pies, y Yo me la siento correr en mi voz, en mis obras y en mis pasos, en todas partes me la siento, y Yo sintiéndola siempre junto conmigo, no me siento más solo, y como amo tanto la compañía de la criatura, loco de amor hacia ella la divinizo, la enriquezco y le doy tales gracias de hacer maravillar Cielo y tierra.”
Vol. 14 30 de Octubre de 1922