Las verdades son más que soles. Quien no está vacío del todo de su querer, no puede tener un cierto conocimiento del Querer Divino.

Imagen de Mariu

 Estaba pensando entre mí:  “Jesús dice tantas cosas de su Santísimo Querer, pero parece que no es comprendido, y aun los mismos confesores parecen dudosos, y delante a una luz tan inmensa no quedan ni iluminados, ni movidos a amar a un Querer tan amable”.  Ahora, mientras esto pensaba, mi siempre amable Jesús, poniéndome un brazo en el cuello me ha dicho:

 “Hija mía, no te asombres por esto, quien no está vacío del todo de su querer, no puede tener un cierto conocimiento del mío, porque el querer humano forma las nubes entre mi Querer y el suyo, e impide el conocimiento del valor y efectos que el mío contiene; pero a pesar de esto no pueden decir que no es luz. 

Mira, tampoco las cosas que se ven aquí en la tierra son comprendidas por el hombre, ¿quién puede decir cómo hice para crear el sol, cuánta luz y calor contiene?  Sin embargo lo ven, gozan de sus efectos, todo el día está con ellos, su calor y luz los siguen por todos lados, y con todo esto ni saben ni pueden decir su altura, la luz y el calor que posee, y si alguno quisiera elevarse para conocer esto, la luz lo eclipsaría y el calor lo quemaría, así que el hombre está obligado a tener los ojos bajos y gozarse la luz sin poderlo investigar, y contentarse con decir:  ‘Es sol”. 

Entonces, si esto sucede con el sol que se ve y que Yo creé para el bien natural del hombre, mucho más con las verdades que contienen, ¡oh! cuánta más luz y calor que el mismo sol, especialmente las verdades que se refieren a mi Voluntad, que contienen efectos, bienes y valor eternos; ¿quién puede medir todo lo que Ella contiene? 

Sería quererse eclipsar, sería mejor bajar la frente y gozarse la luz que lleva mi verdad, amarla y hacer suya aquella pequeña luz que comprende la inteligencia humana y no hacer que, porque no comprenden toda la plenitud de la luz, la hagan a un lado como cosa que a ellos no pertenece; así que del sol no comprendido se goza de su luz por cuanto más se puede, se sirve de ella para obrar, para caminar, para mirar, y ¡oh! cómo se suspira el día para que la luz les haga compañía y viva con ellos. 

Además, mis verdades, que son más que luz, que hacen despuntar el sol del día en las mentes humanas, no son tomadas en cuenta, ni amadas, ni suspiradas y se tienen como naderías, ¡qué dolor!  Pero Yo cuando veo que ellos hacen a un lado mis verdades, Yo los hago a un lado a ellos, y hago hacer su curso a mis verdades con las almas que las aman y las suspiran, y se sirven de la luz de ellas para modelar sus vidas y hacerse con ellas una sola cosa. 

¿Crees tú que te haya dicho todo de las verdades, de los efectos y valor que mi verdad contiene?  ¡Oh! cuántos otros soles debo hacer surgir, no te asombres si no comprendes todo, conténtate con vivir de su luz, y esto me basta”.                                       Vol. 14 de Junio 23 de 1922.

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