"¡Resucita, Gloria mía; resucita, Vida mía...!"

Imagen de Mariu
¿Estás esperando a que Resucite?
¿Estas esperando a que resucite Jesús? o prefieres ir con Nuestra Madre y todos sus ángeles al ceno de Abraham, a regocijarte con todos los que se encuentran aguardando su liberación, ¡te invito vamos!, entra en la Divina Voluntad y fundidos en ella vallamos al encuentro de nuestro padre Adán, pongamos nuestro TE AMO, TE BENDIGO, TE ADORO Y AGRADEZCO en este acto maravilloso en que se nos abrió el Cielo, no no estoy diciendo tonterías, mira lo que nos dice Jesús en los escritos de Luisa.
VIGESIMOCTAVO DÍA
La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad. El Limbo.
Ahora escúchame, hija de mis dolores: En cuanto mi querido Hijo expiró, bajó al limbo como triunfador y como portador de gloria y de felicidad a aquella prisión, en la que se encontraban todos los patriarcas y profetas, el primer padre Adán, el querido San José, mis santos padres, y todos aquéllos que en virtud de los méritos previstos del futuro Redentor se habían salvado.
Yo era inseparable de mi Hijo y por tanto ni siquiera la muerte me lo podía quitar, así que en el océano de mis dolores lo seguí al limbo y fui espectadora de la fiesta y de los agradecimientos que toda aquella muchedumbre de almas prodigó a mi Hijo, que había sufrido tanto y que su primer paso había sido hacia ellos para hacerlos bienaventurados y llevarlos con Él a la gloria celestial.
Como ves, en cuanto murió, empezaron las conquistas y la gloria para Jesús y para todos aquéllos que lo amaban. Esto, querida hija, es símbolo de que en cuanto la criatura hace morir su propia voluntad al unirse con la Divina, comienzan para ella las conquistas en el orden divino, la gloria y el gozo aun en medio de los más grandes dolores. Entre tanto, a pesar de que los ojos de mi alma siguieron siempre a mi Hijo y nunca lo perdieron de vista, en esos tres días que estuvo en el sepulcro Yo tenía tales ansias de verlo resucitado que continuamente repetía en la hoguera de mi amor:
"¡Resucita, Gloria mía; resucita, Vida mía...!" Mis deseos eran ardientes, mis suspiros eran de fuego, tanto que me sentía consumir. Finalmente, en estas ansias vi que mi querido Hijo, acompañado por aquella innumerable muchedumbre de almas, salió del limbo, en actitud triunfante y se transportó al sepulcro.
La Iglesia está de luto, esperando a su Señor a caído en la cuenta de su culpa, y espera su resurrección, sin embargo ya hace 2000 años que esto pasa año tras año y no se ha dado cuenta que JESÚS ESTÁ VIVO, se ha quedado místicamente entre nosotros, en sus Sacramentos y en la Eucaristía. así como en cada uno de nuestros hermanos que sufren, y si esto fuera poco, en estos últimos tiempos nos viene a invitar a ser parte del Pequeño grupo de sus Hijos de su FIAT SUPREMO.
Ese es su Deseo, que todos conozcamos sus planes, los planes que a tenido desde el siempre, al ver a su hijo (Adán) caído en la culpa, no se dió por vencido, esperó a estos últimos tiempos para darnos a conocer su Divina Voluntad, y es que todos REGRESEMOS AL ORDEN SUPREMO DE LA CREACIÓN TAL COMO FUIMOS CREADOS DESDE EL PRINCIPIO.