EL ACTO ÚNICO Y ETERNO DE DIOS.

Imagen de Mariu

“Hija querida mía, todas las cosas que el alma hace en mi Voluntad y junto Conmigo, esto es, oraciones, acciones, pasos, etc., adquieren mis mismas cualidades, la misma vida y el mismo valor.

MIRA, TODO LO QUE YO HICE EN LA TIERRA, ORACIONES, SUFRIMIENTOS, OBRAS, ESTÁN TODOS EN ACTO Y ESTARÁN ETERNAMENTE PARA BIEN DE QUIEN LOS QUIERA.

Mi obrar difiere del obrar de las criaturas, pues conteniendo en Mí la potencia creadora, hablo y creo, así como un día hablé y creé el sol, y este sol está siempre lleno de luz y calor, y da siempre luz y calor sin disminuir jamás, como si estuviese en acto de recibir de Mí creación continua.

Tal fue mi obrar en la tierra, conteniendo en Mí la potencia creadora, así como el sol está en continuo acto de dar luz, así las oraciones que hice, los pasos, las obras, la sangre derramada, están en continuo acto de rezar, de obrar, de caminar, etc., así que mis oraciones continúan, mis pasos están siempre en acto de correr hacia las almas, y así de todo lo demás, de otra manera, ¿qué gran diferencia habría entonces entre mi obrar y el de mis santos? (Septiembre 21, 1913)

 

Etiqueta: 

Comentarios

Imagen de Mariu

Los Actos Divinos

Comment: 

Las cosas creadas por Dios no salen de Él, y la Divina Voluntad

se hace alimentadora y conservadora de ellas.  Así sucede

para el alma que obra en la Divina Voluntad.

 

 Mientras estaba fundiéndome en el Santo Querer Divino pensaba entre mí:  “Antes, cuando me fundía en el Santo Supremo Querer, Jesús estaba conmigo y junto con Jesús yo entraba en Él, así que el entrar era una realidad, pero ahora yo no lo veo, así que no sé si entro en el eterno Querer o no, lo siento más bien como una leccioncilla aprendida de memoria, o bien como un modo de decir”.  Mientras esto pensaba, mi amable Jesús se ha movido en mi interior, y tomándome una mano en la suya me empujaba hacia lo alto y me ha dicho:

 “Hija mía, debes saber que me veas o no me veas, cada vez que tú te fundes en mi Voluntad, Yo, desde dentro de tu interior te tomo una mano para empujarte a lo alto, y desde el Cielo te doy mi otra mano para tomar la otra tuya y jalarte hacia arriba, en medio a Nosotros en la interminable Voluntad nuestra, así que estás entre mis manos, entre mis brazos.  Tú debes saber que todos los actos hechos en nuestra Voluntad entran en el acto primero, cuando creamos todas las cosas creadas, y los actos de la criatura besándose con los nuestros, porque una es la Voluntad que da vida a todos estos actos, se difunden en todas las cosas creadas, tal como está difundida nuestra Voluntad por doquier, y se constituyen correspondencia de amor, de adoración y de gloria continua por todo lo que hemos puesto fuera en la Creación.  Sólo lo que se hace en nuestra Voluntad, comienza casi junto con Nosotros a darnos correspondencia de amor perenne, adoración en modo divino, gloria que jamás termina, y así como por todas las cosas creadas por Nosotros es tanto el amor que nutrimos, que no permitimos que salieran de nuestra Voluntad, conforme las creamos así todas quedaron con Nosotros, y nuestra Voluntad se hizo conservadora y alimentadora de toda la Creación, y por eso todas las cosas se conservan siempre nuevas, frescas y bellas, no crecen ni decrecen, porque por Nosotros fueron creadas todas perfectas, por eso no están sujetas a alteraciones de ninguna clase, todas conservan su principio porque se hacen alimentar y conservar por nuestra Voluntad, y quedan en torno a Nosotros a alabar nuestra gloria.

 

 Ahora, el obrar de la criatura en nuestra Voluntad entra en nuestras obras, y nuestra Voluntad se hace alimentadora, conservadora y acto del mismo acto de la criatura, y estos actos hechos en nuestra Voluntad por la criatura se ponen en torno a Nosotros, y transfundidos en todas las cosas creadas alaban nuestra perpetua gloria.  ¡Cómo es diferente nuestro obrar del de la criatura y el amor con el cual obramos!  Nosotros obramos y es tanto el amor a la obra que hacemos, que no permitimos que salga de Nosotros, a fin de que nada pierda de la belleza con la cual fue hecha; en cambio la criatura si hace una obra no la sabe tener consigo, es más, muchas veces no sabe qué cosa se ha hecho de su obra, si se ha ensuciado, si la han hecho un harapo, y esto es señal del poco amor a sus mismas obras.  Y como la criatura ha salido fuera de su principio, esto es, de la Voluntad Divina de donde salió, ha perdido el verdadero amor hacia Dios, hacia sí misma y hacia sus obras.  Yo quise que el hombre estuviera en mi Voluntad por su voluntad, no forzado, porque lo amé más que a todas las otras cosas creadas, y quería que fuera como rey en medio de mis obras.  Pero el hombre ingrato quiso salir de su principio, por eso se transformó y perdió su frescura, su belleza, y quedó sujeto a alteraciones y cambios continuos.  Y por cuanto Yo lo llamo para que regrese a su principio, se hace el sordo y finge no escucharme, pero es tanto mi amor que lo espero y continúo llamándolo”. Vol. 17 del 27 de Enero de 1925