El Reino de la Divina Voluntad se forma mediante su conocimiento

Imagen de Mariu
El Reino de la Divina Voluntad se forma mediante su conocimiento.
Jesús pone su Humanidad y su vida a disposición de quien  reciba
sus conocimientos, para formar su Reino. El "FIAT" es un acto siempre
nuevo de felicidad, de gracia y de belleza, 
 
Medios principales para hacer reinar a la Divina Voluntad:
“Los conocimientos”. Diferencia de quien vive en la Divina
Voluntad y quien vive en el humano querer.
 
Estaba siguiendo mis actos en el Querer Divino y pensaba entre mí:
“¿Cómo podrá venir a reinar la Divina Voluntad? ¿Cuáles serán los medios,
las ayudas, las gracias para disponer a las criaturas para hacerse dominar por
Ella?” Y mi siempre amado Jesús, moviéndose en mi interior, todo bondad
y ternura me ha dicho:
“Hija mía, los medios principales para hacer reinar sobre la tierra a mi
Fiat Divino son los conocimientos de Él. Los conocimientos formarán los
caminos, dispondrán la tierra para ser reino suyo, formarán las ciudades,
harán de telégrafo, de teléfono, de poste, de anunciadores para comunicar
entre ciudad y ciudad, entre criaturas y criaturas, entre naciones y naciones,
las noticias, los conocimientos importantes sobre mi Divina Voluntad, los
conocimientos de Ella arrojarán en los corazones la esperanza, el deseo de
recibir tanto bien. Esta es una condición forzosa, un bien no se puede
querer, ni recibir, si no se conoce, y si se recibiera sin conocerlo es como si
no se recibiese. Así que los fundamentos, la esperanza, la certeza del reino
de mi Divina Voluntad, serán formados por los conocimientos de Ella, por
eso he dicho tantos conocimientos, porque ellos serán las riquezas, el
alimento y los nuevos soles, los nuevos cielos que poseerán los pueblos del
reino de mi Querer.
Ahora, cuando los conocimientos sobre mi Fiat se
hagan camino, disponiendo a aquellos que tendrán el bien de conocerlos, mi
más que paterna bondad, para mostrar el exceso de mi amor pondrá en cada
una de las criaturas, a su disposición, a mi misma Humanidad, y todo el bien
que obré, de modo que sentirán tal fuerza y gracia, de hacerse dominar por
mi Divina Voluntad, y mi Humanidad estará en medio a los hijos de mi
reino, como corazón en medio a ellos, para decoro y honor de mi Fiat, y por
antídoto, gracia y defensa a todos los males que ha producido el querer
humano. Es tal y tanto el arrebato de mi amor que quiere que Ella reine, que
haré grandes excesos de amor para vencer las voluntades más rebeldes.”
Yo al oír esto he quedado admirada, y como si quisiera dudar de los
que Jesús me había dicho. Y Él, volviendo a hablar ha agregado:
“Hija mía, ¿por qué lo dudas? ¿No soy tal vez Yo dueño de hacer lo
que quiero y darme como me place darme? ¿No es tal vez mi Humanidad el
primer hermano primogénito que poseyó el reino de mi Divina Voluntad, y
como primer hermano tengo el derecho de comunicar el derecho a los otros
hermanos de poseerlo, poniéndome Yo a disposición de ellos para darles un
bien tan grande? ¿No soy Yo la cabeza de toda la familia humana, que
puedo hacer fluir en los miembros de ella la virtud de la cabeza, y hacer
descender el acto vital de mi Voluntad Divina en los miembros? Y además,
¿no es tal vez mi Humanidad que reside en ti continuamente la que te da tal
fuerza y gracia de querer vivir sólo de mi Querer, y te hace sentir tal paz y
felicidad de eclipsarte tu querer humano, de modo que él mismo se siente
feliz de vivir como sin vida bajo el imperio de mi Divina Voluntad?
Por eso lo que necesito es que conozcan los conocimientos sobre mi Fiat,
el resto vendrá por sí mismo.”
Después de esto continuaba mi abandono en el Fiat Divino, me parecía
que en Él no hay detenciones, hay siempre qué hacer, pero un hacer que no
cansa sino que fortifica, hace feliz y regocija de su largo camino; pero
mientras esto pensaba, mi Sumo Bien Jesús ha agregado:
“Hija mía, quien vive en mi Querer Divino camina siempre, porque
tiene el giro de la eternidad, que no termina jamás, a su disposición, y no
deteniéndose jamás, toma siempre, y si se detuviese, una pequeña parada, un
paso de menos, le costaría la pérdida de un paso y de una felicidad divina,
porque mi Fiat es un acto siempre nuevo de felicidad, de gracia y de belleza
indescriptible e inenarrable, y el alma si camina toma, y si se detiene no
toma, porque no habiendo seguido paso a paso el camino de mi Querer
Divino, no ha sabido nada de lo que mi Querer ha puesto fuera en aquel paso
de felicidad y de belleza. Y ¿quién puede decirte la gran diferencia de quién
vive en mi Divina Voluntad y de quién vive en el querer humano? Quien
vive en la voluntad humana se detiene siempre, su giro es tan pequeño, que
si quiere alargar el paso no encuentra donde poner el pie; a cada paso que
hace, toma ahora un disgusto, un desengaño, y siente una debilidad de más,
la cual la arrastra también al pecado. ¡Oh! cómo es breve el giro de la
voluntad humana, lleno de miserias, de precipicios y de amarguras, y sin
embargo aman tanto el vivir en su cerco; ¡qué locura, qué tontería, tanto, de
deplorarse!”     Volumen 26 Agosto 7, 1929